Škoda da un nuevo paso en sus avances sobre el coche conectado. Hasta ahora ofrecía la tecnología SmartLink para reflejar en la pantalla del salpicadero determinadas aplicaciones de un móvil o una tableta electrónica. El nuevo sistema SmartGate desempeñará la función opuesta. Es decir, en vez de introducir los aparatos en el coche, es el vehículo el que traslada a estos dispositivos portátiles.

Mediante varias aplicaciones propias para móviles -Android, iOS y Windows Phone-, el usuario tendrá en la palma de su mano toda la información sobre el estado del automóvil, su mantenimiento y registros de la conducción. Este sistema vigila hasta cuarenta parámetros del coche y también permite compartir esos datos a través de las redes sociales.

La gama de aplicaciones, que se aumentará próximamente, la encabeza la Drive App. Almacena detalles relativos a cada trayecto como distancia recorrida dibujada en un mapa virtual, consumo de carburante y dinero invertido expresados en gráficos y la velocidad media a la que ha circulado el vehículo.

La Service App desempeña el papel de mecánico portátil, ya que informa de en qué condiciones se encuentra el vehículo y si hay alguna revisión pendiente en el taller, y la MFA App convierte el móvil o la tableta en una prolongación del cuadro de instrumentos -reproduce cuarenta indicadores-.

Quienes sientan curiosidad por saber cómo se comporta y se mueve el coche cuando conducen, Škoda les propone dos aplicaciones que satisfarán sus intereses. La G-Meter App mide la fuerza G que soporta el automóvil cuando se revoluciona el motor, cuando acelera, cuando gira o cuando frena. Si alguna de ellas rebasa el valor óptimo, alerta al conductor para que pueda corregir la desviación.

La Performance App representa el complemento idóneo de la anterior, pues reúne valores como revoluciones por minuto y velocidad en tiempo real, la fuerza con la que se presiona el pedal del acelerador o el tiempo que se pisa el del freno.

Las dos últimas se dirigen a quienes no manejen el volante o lo añoren. La más curiosa es la MotorSound App, que imita el sonido del motor basándose en datos de aceleración y revoluciones recogidos durante el trayecto más reciente. Incluye tres tipos de ruido, por lo que no tiene que ser necesariamente idéntico al del coche real.

La segunda, la Smart Racer App, ameniza los viajes largos con un minijuego de carreras. Su particularidad estriba en que los vehículos virtuales corren a la misma velocidad a la que vaya el de verdad.