Si hablamos de multas en nuestro país y de los radares fijos que las generan, automáticamente se nos viene a la cabeza uno de los más destacados en este sentido y es que el cinemómetro ubicado en la A-44 de Jaén podía presumir de ser el más sancionador de España, registrando unas 55.000 multas en un año.

Hablamos en pasado porque, tal y como cuentan desde El Comercio, este récord de infracciones puede ser superado por otro ubicado en el norte del país, concretamente uno que se encuentra en la vía de acceso a León, en la N-120, próximo al cruce con la localidad de Oteruelo de la Valdoncina. Hablamos de un radar que inició sus labores el pasado día 11 de este mes y que ya apunta a ser el más sancionador de todo el territorio nacional.

Este radar ‘caza’ a más de 240 infractores al día, es decir, genera una multa cada seis minutos.

Con 1.229 multas generadas en sus primeros cuatro días de funcionamiento, este radar fijo puede conseguir todo un récord de infracciones de seguir con esta tendencia, puesto que completaría un año de servicio rozando las 90.000 multas. Su instalación se justifica debido al gran número de conductores que atraviesan la zona a velocidades que sobrepasan el límite permitido, en un área considerado como “muy peligroso” por los vecinos de Oteruelo.

Hablamos de una zona con la velocidad limitada a 50 kilómetros por hora, una cifra que los conductores no parecen respetar y es que la infracción más grave de los primeros días de funcionamiento se registró el pasado 14 de noviembre a las 22:50 horas, con un conductor que circulaba a 143 km/h.

Por último, cabe recordar las cifras de recaudación de la DGT con este tipo de radares fijos y es que el pasado año se recaudó un total de 75,8 millones de euros por excesos de velocidad, aumentado hasta los 241,3 millones si tenemos en cuenta todas las sanciones emitidas.

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Borja Díaz

Especialista en temas de motor y tecnología. Apasionado de la mecánica y las cuatro ruedas desde niño, ahora trato de transmitir mis experiencias a todo aquel que disfrute con el olor a gasolina, la velocidad, el placer de conducir, el diseño y el sonido de esos motores que nos ponen los pelos de punta