El pasado mes de diciembre, el propietario de Tesla Model X, en California, demandó al fabricante de automóviles de Palo Alto por una supuesta aceleración involuntaria, una demanda que actualmente está tratando de recibir el estatus de acción colectiva, después de estrellar el vehículo en su propio garaje. El afectado, Son Ji-Chang, afirma que "el vehículo comenzó a acelerarse espontáneamente a toda potencia, moviéndose bruscamente hacia adelante y estrellándose a través de la pared interior del garaje, destruyendo varias vigas de madera de la pared y una tubería de alcantarillado de acero, hasta acabar dentro de su salón”. Ver para creer.

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La demanda también menciona otras siete denuncias registradas en una base de datos compiladas por la Administración Nacional de Seguridad en el Tráfico de Carreteras que tratan sobre la aceleración repentina sin previo aviso. Esta es, sin duda, una acusación importante y Tesla no ha tardado en responder. A finales de la semana pasada, la compañía pidió a la corte que desestimase el caso, alegando que "las reclamaciones de garantía de los consumidores son infundadas porque tratan con un defecto de diseño que no está cubierto por la garantía."

Además, el fabricante estadounidense añade que "cada accidente repentino de supuesta aceleración involuntaria fue el resultado del error del conductor” y niega que sus coches sean defectuosos en cualquier sentido. De momento, lo que está claro es que Son y Tesla se verán en los juzgados el próximo 1 mayo.