Antes de que un coche llegue al mercado se le somete a una serie de pruebas para comprobar la fiabilidad de sus componentes. Por ejemplo, en el caso de Seat sus vehículos tienen que soportar 30.000 cierres de puertas, 20.000 roces de asiento o 5.000 presiones por tecla.
La mayoría de esta pruebas se llevan a cabo cuando el modelo es todavía un prototipo, mientras que otras se realizan a toda la producción de serie, justo antes de que salgan de la fábrica.
Otros de los test que tienen que superar los vehículos son pruebas de larga duración. En el caso de Seat medio centenar de ingenieros testan los prototipos rodando mas de 1.200.000 kilómetros al año en terrenos extremos. Esto supone el equivalente a cuatro vueltas al mundo. Las piezas tienen que resistir tanto el hielo de las carreteras de Rusia como los 50 grados del desierto de Marruecos. También tienen que resistir 3.000 kilómetros de impactos de grava contra los bajos del coche y diferentes partes de la carrocería.
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