Sucedió la noche del 19 de septiembre de 2011. Ese día una pareja de la Guardia Civil de Villalba que había detenido a otro conductor en la localidad madrileña de Aldea del Fresno, recibió la visita de uno de sus superiores por sorpresa. Sin embargo, el sorprendido fue el mando de la Benemérita, pues no tardó en detectar síntomas de embriaguez en los agentes. Concretamente, "desprendían un fuerte olor a alcohol, sus ojos estaban enrojecidos y tenían un habla espantosa", declaró.

Inmediatamente, su jefe les ordenó que se sometieran a un control de alcoholemia, a lo que ambos agentes se negaron, de modo que fueron relevados de sus funciones, se les retiró el arma reglamentaria y fueron conducidos en coche hasta la Agrupación de Tráfico de Villalba. La historia hubiera terminado ahí de no ser porque uno de los agentes decidió elevar al tribunal Supremo la sanción, de 6 meses de empleo y sueldo así como el cese de su destino en Tráfico por dos años.

El alto tribunal en cambio, ha fallado en su contra al entiender que la sanción es apropiada y al considerar probada la negativa a someterse al control de alcoholemia, recogida como falta muy grave en el reglamento disciplinario de la Guardia Civil, igual que la desatención del servicio, en la que también incurrieron los agentes.

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Jose Carlos Luque

Experto y apasionado del motor y la comunicación en todas sus formas, recalé en Car and Driver a finales de 2007 y desde 2016 dirijo este site. Periodista de vocación y formación, conservo buenos contactos en el sector y trato de que la información que leas aquí sea la más inmediata, completa y veraz. Pero también realizo pruebas, comparativas, noticias, entrevistas... y en mis ratos 'libres' crío a tres niños pequeños que –con diferencia– es el trabajo más duro de todos los que he hecho jamás.