Un joven de Austin, en Texas –EE.UU.– tiene el dudoso honor de haber protagonizado la mayor locura sobre ruedas de la semana. El chico, que responde a las iniciales JSA, conducía un Ferrari 458 Speciale a toda velocidad por una de las carreteras secundarias de la zona junto a su novia y otro acompañante.

Por si fuera poco, los tres jóvenes habían bebido de modo que la tragedia, que iba pisándoles los talones, no tardó en alcanzarles. Al llegar a un giro pronunciado a izquierdas, nuestro protagonista no pudo hacerse con el control del deportivo y se precipitó por un barranco de unos 12 metros de altura. El Ferrari, valorado en 385.000 dólares –unos 360.000 euros al cambio– dio varias vueltas de campana y quedó totalmente destrozado.

No obstante, de forma "asombrosa" según relataron textualmente los bomberos que se encargaron de sacar a los jóvenes del vehículo, sólo presentaron lesiones menores y eso a pesar de que –recordemos– viajaban los tres en un biplaza. Las autoridades desplazadas al lugar del siniestro le practicaron la prueba de alcoholemia y confirmaron que el conductor estaba ebrio de modo que procedieron a su detención insitu. Lo que no ha trascendido es la identidad del propietario del vehículo, aunque todo apunta a que pueda tratarse de un familiar del detenido.

Recordemos que el Speciale es el 458 más potente y exclusivo de la gama y que gracias a su propulsor V8 de 605 caballos –el último gran atmosférico de esta cilindrada– es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en cuestión de 3 segundos y su velocidad punta se cifra en 325 km/h. Lo dicho, hay que estar muy loco o en este caso muy bebido, para realizar un uso tan imprudente de una máquina semejante. Qué no vuelva a pasar.

Lettermark
Jose Carlos Luque

Experto y apasionado del motor y la comunicación en todas sus formas, recalé en Car and Driver a finales de 2007 y desde 2016 dirijo este site. Periodista de vocación y formación, conservo buenos contactos en el sector y trato de que la información que leas aquí sea la más inmediata, completa y veraz. Pero también realizo pruebas, comparativas, noticias, entrevistas... y en mis ratos 'libres' crío a tres niños pequeños que –con diferencia– es el trabajo más duro de todos los que he hecho jamás.