Volvo evoluciona sus motores turbodiésel de inyección directa con la tecnología i-ART, que busca ofrecer la mayor eficiencia. La clave es lograr un control más preciso de la inyección recibiendo información precisa de cada uno de los inyectores. En este tipo de propulsores, los denominados 'common-rail', todos los inyectores se alimentan de un único caudal mediante un conducto común, asociado a una única bomba inyectora. Ésta les sirve un caudal constante de combustible a alta presión –unos 2.500 bares– pero, hasta ahora, esta presión sólo era medida en la propia rampa de inyección, por lo que se consideraba común a todos los inyectores conectados.

Ahora, gracias a la tecnología i-ART, Volvo dota al motor de múltiples sensores, ubicados en diferentes emplazamientos del circuito de alimentación, que ofrecen una información más precisa de cada uno de los cilindros.

Gracias un microprocesador ubicado en la cabeza de cada inyector, el sistema logra controlar de forma independiente el tiempo de inyección y caudal de cada una de las inyecciones en tiempo real, una solución que permite ajustar la inyección de forma precisa a las necesidades de cada uno de los cilindros lo que debe de derivar finalmente en una rebaja del consumo y mejora de las prestaciones, al afinar el funcionamiento del motor a los parámetros ideales.

Lettermark
Jose Carlos Luque

Experto y apasionado del motor y la comunicación en todas sus formas, recalé en Car and Driver a finales de 2007 y desde 2016 dirijo este site. Periodista de vocación y formación, conservo buenos contactos en el sector y trato de que la información que leas aquí sea la más inmediata, completa y veraz. Pero también realizo pruebas, comparativas, noticias, entrevistas... y en mis ratos 'libres' crío a tres niños pequeños que –con diferencia– es el trabajo más duro de todos los que he hecho jamás.