Una de esas cosas interesantes que se aprenden en las primeras clases de ciencias naturales de la ESO es que, en realidad, el color de un objeto que contemplamos con nuestros ojos es el resultado de cómo las moléculas que componen ese objeto atraen o reflejan la luz que incide sobre él.

En la automoción, por tanto, que un coche sea rojo, amarillo, azul o blanco, por poner ejemplos, es sólo el resultado de la composición química de la pintura que el fabricante extendió sobre la carrocería desnuda. Y por ello, cambiar el color de un coche por completo requiere alterar esa química añadiendo por encima una pintura distinta, y hacerlo con tanta precisión como paciencia, si queremos un acabado con calidades similares a las de fábrica.

Debido a lo anterior, los cambios de color son poco habituales, ya que se trata de procesos muy lentos y laboriosos, razón por la cual muchos entusiastas de la personalización optan por otras vías como los vinilos. Pero ahora, Toyota habría encontrado una curiosa alternativa para tener varios colores diferentes en un mismo coche sin tener que pasar por chapa y pintura.

Todo cambia con el calor

Según explica la propia Toyota en un comunicado, en 2022 registraron en Estados Unidos la patente de esta curiosa tecnología. Para conseguir el cambio de color, primero es necesario equipar el coche con una pintura especial de tono blanco neutro y, seguidamente, introducirlo en una cabina dotada con calefactores por todas partes.

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Toyota

Dichos calefactores calientan la superficie de la pintura hasta una determinada temperatura, a partir de la cual sus moléculas adquieren sensibilidad y pueden modificarse mediante una radiación de luz perfectamente calculada y emitida por un emisor (que Toyota denomina 'modulador del color') que va recorriendo el frontal, los laterales y la trasera del coche.

Según va pasando este haz de luz, las moléculas de la pintura modifican su composición y se puede ver cómo la carrocería va cambiando de color poco a poco, en un proceso controlado por un ordenador vinculado al emisor lumínico, a un servidor de datos y a varios sensores de temperatura bajo la chapa del vehículo. De este modo, antes de comenzar toda la operación se puede preseleccionar un determinado color para la transformación.

Lettermark
Diego García

Especializado entusiasta en motor, competición, historia y técnica del automóvil. Eterno aprendiz, también, en el novedoso sector de la movilidad sostenible. Licenciado en Periodismo con varios años de experiencia en esto de hablar sobre las cuatro ruedas.