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Todos sabemos que añadir una batería y un motor eléctrico al chasis de un determinado automóvil añade bastante peso, lo que supone un desafío importante para fabricantes centrados en la producción de máquinas ligeras como, por ejemplo, Morgan. La firma británica no pierde de vista la electrificación ya que las exigentes regulaciones cada vez más estrictas amenazan a su gama de deportivos con motor de gasolina. De ahí que ya se haya puesto manos a la obra con un proyecto muy interesante.
Por ahora solo es un prototipo
El resultado se llama Morgan XP-1, un prototipo experimental con un corazón totalmente eléctrico. Básicamente se trata de un Super 3 al que se le han retirado todos los componentes del sistema de propulsión, incluyendo el motor Ford obviamente, para dejar espacio al primer tren motriz desarrollado internamente por Morgan, independientemente de si estamos hablando de un motor de combustión o de un motor eléctrico. De esta forma, la firma automovilística sigue los pasos de Caterham, quien ya ha demostrado que es posible minimizar la penalización de peso con su coupé eléctrico Project V.
Para mantener bajos los costes de desarrollo, los ingenieros montaron el motor eléctrico en el túnel de transmisión existente. Sus cifras no son muy llamativas, pero sí suficientes como para mover el conjunto con soltura ya que arroja 136 caballos de potencia, dirigidos a su única rueda trasera. El propulsor obtiene su energía de una pequeña batería de 33 kWh montada debajo del capó, donde normalmente se esperaría encontrar el motor EcoBoost del Super 3. Completamente cargada, la batería ofrece una autonomía de aproximadamente 245 kilómetros.
Con un peso de menos de 700 kilogramos, el Morgan XP-1 pesa solo 60 kilos más que su hermano de gasolina. Mientras que el automóvil donante tiene un coeficiente aerodinámico de 0,65, el eléctrico de tres ruedas presume de 0,42 después de ajustar los bajos, las ruedas y la parte delantera. Estos cambios han reducido el Cd en un tercio para maximizar la eficiencia del vehículo. También presume de cuatro modos de conducción que están graciosamente ilustrados en la pantalla digital del conductor mediante símbolos de pimientos, así como amortiguadores ajustables Nitron y muelles específicos para hacer frente a su peso adicional.
Como decimos, este proyecto no es más que un prototipo que adelanta las bases de una hipotética versión de producción de la que todavía no habla la marca. No obstante, el director técnico de Morgan, Matt Hole, le dijo a Autocar que este coche sería más caro que el Super 3, cuyo precio en euros ronda los 42.000 euros (sin impuestos).
Especialista en temas de motor y tecnología. Apasionado de la mecánica y las cuatro ruedas desde niño, ahora trato de transmitir mis experiencias a todo aquel que disfrute con el olor a gasolina, la velocidad, el placer de conducir, el diseño y el sonido de esos motores que nos ponen los pelos de punta
