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La pasada semana Mechatronik, un vendedor de coches de lujo de Alemania, confió en un empleado de 24 años para conducir un Ferrari F40 valorado en 2,8 millones de euros hasta una feria del automóvil cercana.
Según cuenta el diario germano Bild, el F40 se dirigía a la feria Motorworld en Böblingen pero, a falta de 18 kilómetros para llegar allí, el joven conductor perdió el control del coche en mitad del túnel de Engelberg, cerca de Stuttgart. Un portavoz de la policía declaró al Bild que "todavía no se sabe si [el accidente] se ha debido a un fallo mecánico o a una velocidad excesiva".
Si pudiésemos crear un Olimpo de los supercoches, el Ferrari F40 sin duda se merecería un lugar en él. Puede que no sea el Ferrari más rápido, ni el más bello, ni el más valioso en términos absolutos, pero ofrece una de las experiencias de conducción más crudas y apasionantes que se pueden imaginar. Los 471 CV del 2.9 V8 biturbo se desbocan directamente sobre las ruedas traseras. ¿Ayudas a la conducción? ¡Ja! El F40 ni siquiera tiene moqueta en el habitáculo, así que olvídate de milagritos electrónicos que puedan perdonar tus fallos. Lo que hace tan apasionante este coche es lo mismo que lo convierte en un desafío para los pilotos inexpertos.
El conductor de este accidente salió ileso, pero no se puede decir lo mismo del coche, el cual sufrió un buen desperfecto. Sin embargo, dada su especial condición, muy posiblemente se reparará. Antes del accidente, este F40 estaba a la venta por un precio de 2,9 millones de euros. Puede que el golpe reduzca algo esa valoración pero, incluso tomando esto en cuenta, este F40 seguirá siendo uno de los Ferrari más deseables jamás construidos.
