Tras algunos problemas técnicos en las primeras carreras, la primera victoria del 917 llegó en agosto de 1969, en los 1.000 kilómetros de Österreich, con Jo Siffert y Kurt Ahrens al volante.

La configuración del motor en el 917 era tan inusual como sus diferentes versiones de carrocería: detrás del asiento del conductor se encontraba el motor de 12 cilindros horizontales refrigerado por aire, con un cigüeñal diseñado para un propulsor en V a 180 grados. Este motor de 520 CV tenía inicialmente una cilindrada de 4.5 litros. La estructura tubular estaba hecha de aluminio y la carrocería de fibra de vidrio con refuerzos sintéticos. Los ingenieros de Porsche desarrollaron diferentes modelos de carrocería para adaptarse lo mejor posible a las características de cada circuito. La versión conocida como “cola corta” fue diseñada para trazados muy sinuosos en los que era necesaria una carga aerodinámica alta en curvas rápidas. Por su parte, el modelo de “cola larga” se diseñó para pistas rápidas en las que se pudiera alcanzar una velocidad máxima elevada. Posteriormente llegaron los 917Spyder con techo abierto, que se utilizaron en las carreras de la CanAm y las Interseries.

Superioridad incontestable

A finales de la temporada 1970 Porsche confirmó su superioridad con los 917 y 908/03, al conseguir la victoria en nueve de las diez carreras disputadas del Campeonato del Mundo Racing Series. Esta sucesión de triunfos se inició en Daytona y continuó en Brands Hatch, Monza, Spa, Nürburgring, la Targa Florio, Le Mans, Watkins Glen y Österreich. Sin embargo, el punto álgido de la temporada llegó con la deseada victoria absoluta en la prueba de resistencia de las 24 Horas de Le Mans, un trofeo que Hans Herrmann y Richard Attwood lograron para la marca de Zuffenhausen el 14 de junio de 1970. Su 917 de cola corta, pintado con los colores rojo y blanco de Porsche Salzburgo y el número 23, no sólo se defendió con éxito de sus competidores, sino también de una fuerte lluvia.

Tanto en Europa como en América tuvieron que cambiar las normativas para que el 917 no humillase a sus rivales. Al igual que ocurrió el año anterior, el 917 dominó la temporada 1971 y el Campeonato del Mundo Racing Series fue de nuevo para Porsche, que ganó ocho de las diez pruebas. Y una vez más un Porsche 917 triunfó en las 24 Horas de Le Mans, esta vez con Gijs van Lennep y Helmut Marko al volante, quienes establecieron un récord mundial al conseguir una velocidad media de 222 km/h y recorrer una distancia de 5.335 kilómetros, un récord que todavía se mantiene en la actualidad.

Un elemento especial de su 917 de cola corta, caracterizado por la “aleta de tiburón”, era la estructura tubular hecha de magnesio. Un modelo coupé del 917 de cola larga logró otro récord en 1971: en la recta de Mulsanne, que forma parte del trazado de la carrera de las 24 Horas de Le Mans, el vehículo con el dorsal número 21 alcanzó una velocidad máxima de 387 kilómetros por hora. Y, además, otro de los coches de Le Mans obtuvo un importante reconocimiento: el Porsche 917/20, que era una mezcla entre los modelos de cola corta y larga, fue alabado por sus excelentes proporciones. Como anécdota, aunque el coche pintado de rosa bautizado como “el Cerdo” abandonó a mitad de carrera, su inusual color le convirtió en uno de los modelos más famosos de todos los tiempos.

Cuando la reglamentación europea de la FIA para los “deportivos de cinco litros” expiró a finales de la temporada 1971, Porsche decidió inscribirse en la Canadian American Challenge Cup (CanAm). En junio de 1972, el equipo Penske utilizó el Porsche 917/10 Spyder turboalimentado por primera vez. Con una potencia de 1.000 CV, el Porsche Spyder dominó estas carreras y ganó el campeonato CanAm, con victorias en Road Atlanta, Mid Ohio, Elkhart Lake, Laguna Seca y Riverside. Al año siguiente el 917/30 Spyder de 1.200 CV debutó en competición. La superioridad de este “monstruo” conducido por Mark Donohue fue tan evidente que, al final, tuvo que cambiarse la normativa de las series CanAm para excluir al 917/30 de la competición en la temporada 1974.

En ese momento se produjo una reacción típica de Porsche: la tecnología desarrollada para incrementar las prestaciones de estos vehículos de competición fue transferida con éxito a un vehículo de calle. Así es como empezó, en 1974, la andadura de otro mito: el 911 Turbo.

Actualmente, el 917 es simplemente una leyenda. Prueba de ello es que 50 expertos internacionales en competición seleccionados por la famosa revista británica “Motor Sport” han nominado al 917 como el “mejor automóvil de competición de la historia”. En total, Porsche fabricó 65 unidades del 917: 44 coupés de cola corta y larga, dos PA Spyder y otros 19 Spyder, con motores turbo de hasta 1.400 CV para las CanAm y las Interseries. Siete 917, entre ellos los ganadores de Le Mans de 1970 y 1971, así como el 917/30 Spyder, se exhiben en el nuevo Museo Porsche de Stuttgart-Zuffenhausen.

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