El legado de Ettore Bugatti fue su marca de automóviles. Marcó la cima del refinamiento durante la primera mitad del Siglo XX. Nada era comparable a un Bugatti, y la semana pasada pudo comprobarse en las carreteras de Burgos, Palencia, Valladolid y La Rioja, en las que 98 automóviles pasearon su admirada silueta recorriendo sus paisajes y monumentos, y disfrutando de su gastronomía y hospitalidad.

Entre los más destacados, un Type 13 de 1920, el más antiguo del encuentro y propiedad de una estadounidense. El T13 fue el primer modelo de la marca y en total se fabricaron 435 unidades. Montaba un motor de 1.4 litros y cuatro cilindros, del que llegaron a fabricarse cinco unidades dotadas de culatas de cuatro válvulas por cilindro, una extraordinaria innovación en la época. Casi al mismo tiempo que esa unidad salía de la fábrica de Bugatti, nacía Jack Du Gam, que a sus 90 años fue el participante más veterano del International Bugatti Meeting 2011. Su coche, un Type 37 de 1926, es cinco años más joven que él.

Otro de los coches más admirados por los coleccionistas fue el Type 43 Corsica con 8 cilindros propiedad de un mejicano que posee una de las colecciones más impresionantes del mundo, con nada menos que 2.000 clásicos. El Bugatti que trajo desde el otro lado del Atlántico está valorado en más de 7 millones de dólares, la unidad más cotizada del evento. A su lado, los dos Bugatti Veyron presentes, que se vendieron en 2005 y 2007, respectivamente, por 1,3 millones de euros, parecen bagatelas, aunque sus 1.001 caballos les convierten en los coches más potentes de la reunión, y de pasada, del mundo, con permiso del Veyron Super Sport de 1.200 CV.

Para regresar a casa algunos participantes lo hacen por avión, otros suben sus coches en remolques y hay quien recurre al barco. Pero nadie más auténtico que un matrimonio escocés que cubrirá todo el camino hasta Edimburgo conduciendo su Bugatti descapotado de 1925 expuestos al frío y a la lluvia, como en los viejos tiempos. Atrás dejan 1.230 kilómetros por las carreteras de Burgos, Palencia, Valladolid y La Rioja, en la que ha sido la primera concentración internacional de coleccionistas de la histórica marca franco-italiana en España… y no será fácil que vuelva a suceder.