El mercado de segunda mano a veces es capaz de sorprendernos más de lo que podríamos imaginar: aquí tenemos un motor Rolls-Royce con un precio de casi un millón de euros, más de lo que cuestan sus modelos conocidos (al menos de base), 3,5 toneladas de peso, 6 metro de largo y una potencia desmedida.

Hablamos, claro está, no de un motor para automóvil, sino de un propulsor de avión. Y no de uno cualquiera sino del que usaba el legendario avión supersónico Concorde que allá por los 90 era capaz de lleva a pasajeros de un rincón a otro a la velocidad del sonido.

Airplane, Aircraft, Diagram, Supersonic aircraft, Vehicle, Supersonic transport, Technical drawing, Aviation, Rocket-powered aircraft, Experimental aircraft, pinterest

Lamentablemente todo eso quedó atrás, pero ahora alguien puede hacerse con este gran pedazo de historia de la aviación por un precio 748.000 libras esterlinas, 870.000 euros al cambio. El motor, un Olympus 593 fabricado por Rolls-Royce está a la venta en el Reino Unido con el postquemador y un armazón de transporte incluidos (de alguna manera te lo tenías que llevar a casa) aunque eso sí, no sabemos donde puede entrar este monstruo de un metro y medio de altura y seis de largo.

Concretamente esta unidad pertenece a un Concorde de la compañía British Airways y junto a otros tres motores ofrecían una potencia conjunta equivalente a 36.000 CV con los que este avión de pasajeros era capaz de romper dos veces la velocidad de sonido alcanzando los casi 2.500 km/h.

Nonbuilding structure, pinterest

Todo en este propulsor está pensado para alcanzar y soportar estas velocidades endiabladas. Elementos como la parte delantera del motor o los álabes de la turbina están hecho en titanio para poder soportar las altas temperaturas a 120º C que provocaba la fricción con el aire. Lamentablemente y aunque en teoría puede volver a funcionar British Airways ha restringido su uso a exposición estática, así que nada de instalarlo en otros vehículos para tener una bestia supersónica.

Su uso por tanto parece limitado a ser una pieza de museo aunque lo que sí se permite es desmontarlo y usar sus piezas para fines artísticos. Claro que antes de todo esto tendrás que desembolsar 870.000 euros sin imaginarnos en lo que podrían costar los gastos de envío de un artilugio que con la estructura que lo lleva incluida pesa 5 toneladas y media.