Sus siglas dan título a esta prueba. No es de extrañar, el Volkswagen Golf GTI es la referencia. Revolucionó el panorama de los deportivos populares en 1975 con su motor 1.6 de inyección mecánica, tomado del Audi 80, y que desarrollaba una potencia de 110 caballos que movían con alegría un ligero y ágil GTI que, además se manejaba con gran docilidad. Pero fue la segunda generación de este modelo la que triunfó en nuestro mercado con un número de ventas apabullante y un planteamiento general que iba un paso más allá y suponía un salto de calidad, confort y polivalencia. No en vano, está considerado por muchos expertos como el primer ‘compacto moderno’ de la historia. Tuvo en su versión 16 válvulas el máximo exponente, hasta la llegada del G60 con 160 caballos.

Desde entonces y hasta ahora, el Golf no ha dejado de mejorar sus cualidades, aunque respetando el planteamiento original.

Frente a frente, las versiones más potentes de cada época evidencian tal mejoría. El ‘R’ destaca por su envergadura –es el más grande de esta comparativa- pero también por sus numerosos detalles estéticos que le conceden un aire más deportivo que su antepasado. Por supuesto, la potencia se ha incrementado hasta casi doblar la cifra inicial, de 138 caballos hemos pasado a los 272 del actual. Sin embargo, si analizamos cada coche en su contexto, caeremos en la cuenta de que es mucho más lo que les une que lo que les separa. Todos los coches de este tipo han ido creciendo en tamaño y deportividad a medida que se añadían sistemas de seguridad. Además, el Golf moderno conserva esa esencia de deportivo elegante y nos parece un excelente término medio frente a rivales más extremos como el Focus RS u otros más pequeños y menos potentes como el Mégane Sport.

En el caso del GTI 16 válvulas ocurre exactamente lo mismo, no tenía un motor tan brillante como el del Opel Kaddet GSI de su época pero era mucho más completo, seguro y elegante. De hecho, todavía hoy nos seduce con un tacto similar al de muchos coches actuales.

Al volante del GTI no echamos tantas cosas de menos como ocurre en otros modelos de esta comparativa.

Su dirección asistida nos permite girar con facilidad, el aire acondicionado ajusta perfectamente la temperatura interior y disponemos también de elevalunas eléctricos. Incluso en las últimas series del Golf GTI Mk2 se añadió el sistema de frenado ABS que todavía no incluía nuestro protagonista. Aún así, tan sólo en las frenadas más exigentes se puede apreciar esta carencia.

El Mk2 nos engancha por su enorme facilidad de conducción y demuestra gran estabilidad con una suspensión bien calibrada. La suavidad de funcionamiento de su motor y su satisfactoria respuesta a medio y bajo régimen también nos encantan. El puesto de conducción es muy acertado, la dirección precisa y la sonoridad interior realmente contenida para un coche de su tiempo y tamaño. Tan sólo el cambio manual de cinco velocidades no es tan preciso como el de generaciones posteriores. En cualquier caso, el Golf GTI 16v supera con nota el examen y nos parece el perfecto ‘clásico-moderno’. Dejará satisfechos a quienes busquen un coche para algo más que pasear, con una mecánica poderosa, una imagen discreta, un comportamiento intachable y casi todas las comodidades de los coches modernos.

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