En el año 2002, Renault tomó las riendas del equipo Benetton de Fórmula 1, al que ya estaba estrechamente ligado. Con Flavio Briatore a la cabeza, Renault diseñó un plan a medio y largo plazo para conquistar la Fórmula 1, plan que tuvo su cénit en las temporadas 2005 y 2006 con los títulos de campeón de pilotos y constructores conquistados.

Sin embargo, la cúpula directiva de Renault no estaba excesivamente entusiasmada con el proyecto por el alto gasto que suponía en un momento en el que Europa atisbaba una crisis económica. El proyecto de la Fórmula 1 se tambaleaba y el entonces máximo responsable de la parcela deportiva decidió comenzar a recortar tanto gasto como fuese posible con el fin de mantenerse vivo en Fórmula 1, y aprovechando la normativa de motores congelados, despedir cerca de un centenar de empleados que estaban dedicados al desarrollo del motor.

Y es precisamente esta decisión tomada en 2007 por Flavio Briatore la que el actual responsable de Renault Fórmula 1, Cyril Abiteboul, centra todos los males del actual motor Renault. “En Viry-Châtillon hay un equipo que necesita reconstruirse y aprender a trabajar juntos de nuevo. A día de hoy seguimos pagando el precio de la decisión de Flavio Briatore en 2007 de despedir a cientos de personas cuando se congeló el desarrolló del motor.”

Mercedes mantuvo sus actividades, compró Ilmor e invirtió en el futuro con varios proyectos que presagiaban lo que pasaría en Fórmula 1. Desde que yo me hice cargo, he contratado cerca de un centenar de personas en Viry-Châtillon, la estructura se ha modificado y se han distribuido responsabilidades. Esta gente ahora necesita trabajar junta y entenderse”, sentenció Cyril Abiteboul en declaraciones a Auto Hebdo.