Ahora sí se puede decir que Liberty Media ha llegado a la Fórmula 1. El aperitivo que han tenido hasta ahora, modificando la actitud con redes sociales o aumentando el show en torno a la carrera no es más que un juego de niños, pues es ahora cuando llega la verdadera Fórmula 1, cuando llega el turno de negociar con los equipos.

La renegociación del reparto económico y la gestión de la nueva normativa de motores les va a poner por primera vez en una encrucijada, con los grandes equipos lanzando todas sus artimañas para lograr desesperar al ‘rival’ en una larga negociación, y mientras, Liberty Media, apagando fuegos.

Las propuestas de las nuevas normativas de motores incluyen la estandarización de ciertas piezas, algo que no es nuevo en el mundo de la Fórmula 1, que ya tiene centralitas o neumáticos estandarizados, pero que sin embargo está siendo utilizado en contra de Liberty alegando la siempre socorrida ‘muerte’ de la esencia de la Fórmula 1.

Bratches, en declaraciones a RACER, se ha defendido afirmando que lejos de buscar una homogenización de la Fórmula 1, quieren hacer que los equipos puedan innovar con ciertos elementos, premiando a aquellos que lo hagan mejor. Un modelo quizás no muy diferente al que ya tiene la Fórmula E, con elementos congelados y otros donde se permite evolucionar, pero aclarando Bratches que “No queremos a todos con el mismo motor, no es lo que buscamos, solo queremos que los de atrás se acerquen a los de delante.”

Sean volvió a defender otro reparto de los beneficios, afirmando que los deportes con más éxito del mundo tienen un reparto más equitativo, y que es precisamente este reparto lo que crea una competición capaz de ser atractiva para los aficionados y añadir cierto grado de ‘imprevisibilidad’, ya que es en esta imprevisibilidad donde la Fórmula 1 gana en emoción, lejos del modelo actual donde se suele ver claro quién va a ganar y quién acabará en el podio, defendió Bratches.