La relación de Carlos Sainz con el circuito de Sochi no ha empezado con buen pie, pues ha tenido varios incidentes en sus dos apariciones por el trazado ruso. En 2015, el piloto madrileño sufrió un fuerte accidente al chocar contra las protecciones de la curva 13 durante la tercera sesión de libres. Sainz pudo disputar la carrera, pero tuvo que retirarse por un fallo de frenos.

Las cosas no le fueron mucho mejor en 2016. Un problema en el Toro Rosso le ralentizó y además recibió una sanción por empujar a Jolyon Palmer fuera de la pista, pero pudo terminar la carrera en 12ª posición. Sainz espera que la tercera sea la vencida y tenga un Gran Premio de Rusia sin incidentes ni problemas a pesar de tener un fin de semana para olvidar en Bahréin.

“Creo que Rusia me debe una, sobre todo porque en 2015 tuve que remontar desde el final de la parrilla y estaba sexto cuando me tuve que retirar. El año pasado tuve mala suerte porque un trozo de alerón se quedó atascado en el radiador. Los puntos están en mi lista de objetivos para el fin de semana en Sochi. La parte más especial del trazado es la curva 3, que es muy larga y será dura para el cuello, pero es divertida de conducir”, declaró el madrileño.