El Gran Premio de Gran Bretaña tuvo un comienzo poco habitual con uno de los favoritos a ganar la carrera cayendo al fondo de la clasificación debido a un incidente en la primera vuelta. Lewis Hamilton cayó a las últimas posiciones debido a un toque con Kimi Raikkonen, lo que le obligó a llevar a cabo una operación remontada que le elevó hasta la sexta posición, aunque alejado de las primeras posiciones.
Lo único que podía abrir las puertas del podio a Hamilton era la salida de un coche de seguridad, suceso que se dio en la vuelta 33 de la carrera. Marcus Ericsson perdió el control de su monoplaza de una forma similar a lo ocurrido a Romain Grosjean en el primer entrenamiento libre del fin de semana: teniendo el DRS abierto en la nueva zona de activación que se estableció en la curva 1. El sueco golpeó fuertemente las barreras, lo que motivó el periodo de Safety Car.
Daniel Ricciardo había entrado a realizar su segunda parada unas vueltas antes del accidente de Ericsson, una estrategia que gran parte de la parrilla copió con el coche de seguridad en pista. En las posiciones delanteras, Mercedes optó por mantener a sus dos pilotos en pista con la esperanza de que pudieran mantener su posición ante los ataques de los Ferrari, quienes tendrían gomas blandas nuevas para la parte final de la carrera tras entrar en boxes.
Estos cambios de estrategia dejaron a Valtteri Bottas en el liderato por delante de Sebastian Vettel y de Hamilton. Cuando parecía que el alemán podría deshacerse fácilmente del finés gracias a sus neumáticos blandos, otro coche de seguridad hizo acto de presencia nada más darse la resalida. Grosjean y Carlos Sainz chocaron en Copse cuando el francés perdió el control de su bólido e impactó con el madrileño en el proceso.
Cada vuelta que pasaba bajo Safety Car daba oxígeno a Bottas para intentar hacerse con una victoria que le ha escapado varias veces esta temporada. A falta de 11 giros, el coche de seguridad regresó al pit lane y el finés lo dio todo para defender su primer puesto, pero los neumáticos más frescos de Vettel pudieron con el piloto de Mercedes. Bottas siguió perdiendo terreno hasta caer a la cuarta posición cuando tenía el triunfo casi en sus manos.
A quien sí le vinieron muy bien estos coches de seguridad fue a Hamilton. Aunque no paró en boxes, realizó una buena gestión de las gomas para poder ascender hasta la segunda posición, llegando incluso a atacar a Vettel. Al final, el de Ferrari se hizo con un triunfo que tuvo que dolerle a Hamilton al ser derrotado por su principal rival en el campeonato ante su público de casa cuando estaba dispuesto a ofrecerles una nueva victoria, un golpe psicológico que puede ser clave en la batalla por el título.
