La Fórmula 1 ha aterrizado en China para la tercera prueba de la temporada a uno de los circuitos más complicados de todo el calendario para los pilotos. Y más aún cuando este fin de semana se añada el posible factor lluvia.

Kimi Raikkonen, es uno de los favoritos a la victoria por la sanción de cinco puestos de Lewis Hamilton, y por ello el Iceman confía plenamente en el monoplaza de Maranello y no le preocupa si la carrera se da en seco o en mojado.

"Tenemos un buen paquete y hemos progresado en todas las áreas. Pero siempre hay cosas a mejorar y todo se puede hacer mejor. En muchas ocasiones ha llovido aquí, así que no es nada nuevo", ha asegurado el finés.

El otro piloto finlandés de la parrilla, Valtteri Bottas, está ansioso por tener un fin de semana sin sobresaltos en 2016, y tampoco le desagrada la opción de alguna sesión bajo agua en Shanghái. "Han sido dos carreras duras y especialmente desafortunadas para mí. Esperamos tener un fin de semana tranquilo aunque sabemos que Mercedes y Ferrari están más lejos que en los últimos dos años. No sabemos lo competitivos que somos en agua, pero estaría bien ver si hemos progresado en este aspecto", ha explicado el de Williams.

En representación de Force India estaba en sala de prensa Nico Hülkenberg, que después de un decepcionante GP de Bahréin, confía en volver a la senda de los puntos en China. "Buscar ser cuartos en el Mundial es aún realista aunque un gran desafío. Si no tenemos problemas, podremos ser sextos o séptimos", ha indicado el alemán.

El danés de la parrilla, Kevin Magnussen, ha confirmado, que la lucha por los puntos está especialmente complicada en 2016, aunque la lluvia (como factor de azar) no puede ser la respuesta para Renault. "Supongo que la parte media está más ajustada que otros años, pero no podemos confiar en la lluvia porque puede beneficiarnos o perjudicarnos, así que no me preocupa demasiado", ha citado Magnussen.

Para finalizar, el otro piloto nórdico de la F1, Marcus Ericsson, confía en poder sumar los primeros puntos del año para Sauber en un circuito de Shanghái que peligra en el calendario, ya que tiene contrato sólo hasta 2017.