Como en los antiguos códigos éticos de los samurái, parte del bushido, Sebastian Vettel se ha aplicado el ‘harakiri’ en el Gran Premio de Japón para autodescartarse en la lucha por el Mundial; no matemáticamente, aunque sí moralmente. La diferencia es que aquellos guerreros practicaban el ritual de suicidio para morir con honor, mientras que el piloto germano ha caído pecando de precipitación y desesperación. Se tocó con un Max Verstappen desbocado que ya venía con penalización, remontó desde atrás, aunque solo pudo ser sexto. La diferencia con Lewis Hamilton asciende hasta los 67 puntos.
Precisamente, el que no ha fallado, una vez más, es el piloto de Mercedes. Hamilton dominó, junto a Valtteri Bottas y de inicio a fin, una carrera muy sencilla para la escudería de Brackley en Suzuka. Doblete de Mercedes y Mundial visto para sentencia. El inglés tendrá el primer 'matchball' en EE.UU. En cuanto a los españoles, Carlos Sainz se llevó el último punto al ser 10º. Alonso, 14º.
La salida fue más limpia de lo habitual para ser Suzuka. Todos los pilotos trazaron las primeras curvas sin incidentes. Hamilton mantenía la primera posición, escoltado por su compañero, mientras Vettel escalaba hasta la sexta plaza. En la chicane previa a la recta de meta, Raikkonen y Verstappen se tocaban. Tras pasarse de frenada, el holandés no dejó espacio suficiente al regresar a pista e impactaba con piloto finés, dañando parte del lateral izquierdo del Ferrari. Los comisarios sancionaron al piloto de Red Bull con cinco segundos.
Por otro lado, Charles Leclerc rozaba la parte trasera del Haas de Kevin Magnussen cuando trataba de adelantarlo en plena recta. El danés hizo cambios de posición para defenderse, por lo que la culpa recayó sobre el piloto de Haas. Además, uno de sus neumáticos traseros estaba pinchazo por el roce y se veía obligado a pasar por boxes.
El Safety Car salió poco después a pista. La banda de rodadura de Magnussen había quedado sobre el trazado junto a otros restos de coche. Leclerc paraba para cambiar el morro. Tras el reinicio, en la vuelta nueve, Vettel volvería a pecar de optimismo al buscar el adelantamiento sobre Verstappen.
Los dos monoplazas se tocaban en Spoon. El alemán se precipitó al buscar el adelantamiento, chocaba con el Red Bull y quedaba a contrasentido en la escapatoria. Nuevo error del alemán, quien quedaba relegado a la parte trasera de la parrilla y con parte del lateral derecho dañado. El Mundial, cada vez más lejano.
Raikkonen, mucho más lento que cabeza de carrera, iniciaba el pasó por boxes de los hombres de arriba. Verstappen paró pocos giros después, aunque consiguió salir por delante del finés pese a la sanción de cinco segundos. Mientras, los comisarios sancionaban a Alonso y Lance Stroll con cinco segundos por causar una colisión.
Desde ahí, Hamilton controló la carrera sin contratiempos, gestionando gomas y mimando el motor. Con la cabeza de carrera estable, la acción se trasladó a la zona media de la parrilla. Hulkenberg abandonaba en la vuelta 39 y Leclerc hacia lo propio en la 40 tras salirse de la pista. El monegasco reportó por radio que algo se había roto en su Sauber.
Llegando al final de carrera, Verstappen vio una oportunidad de atacar la segunda plaza de Bottas. El finés iba ligeramente más lento de lo normal, aunque la empresa del holandés no alcanzó el objetivo. Sainz consiguió adelantar en los giros decisivos a Pierre Gasly para ocupar la última posición de puntos. Hamilton cruzó la bandera a cuadros con más de diez segundos de margen, en una carrera muy cómoda para el de Stevenage. Botas certificó el doble de Mercedes y Verstappen fue tercero.
Vettel, sexto, recibe otra puñalada de 17 puntos, lo que deja el Mundial en 67 puntos de diferencia con Hamilton. En en país del sol naciente, el germano ha visto morir, prácticamente, todas sus opciones para conseguir su quinto título Mundial.
