Max Verstappen tuvo un complicado final de carrera en el Gran Premio de Abu Dhabi. El piloto neerlandés se encontraba en tercera posición antes de que el Toro Rosso de Pierre Gasly, que estaba unos metros por delante de su próximo compañero de equipo en Red Bull, comenzara a echar humo debido a un problema en su motor Honda. El francés se mantuvo en pista hasta que desde el muro le dijeron que parara el coche, aparcándolo en una de las escapatorias del circuito de Yas Marina.

Esta rotura supuso una gran dificultad para Verstappen. La visera de su casco se manchó de aceite y había usado todos sus ‘tear-off’, las láminas de recambio que tienen los pilotos en su visera para limpiarla, en dicho punto de la carrera. El neerlandés sufrió problemas de visión que trató de solucionar limpiando el aceite con su guante, pero eso empeoró su visibilidad y tuvo que pilotar prácticamente a ciegas durante la última parte de la prueba.

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“Había un poco de aceite, no sé qué pasó ahí. Me había quedado sin ‘tear-off’ y tenía mucho aceite en la visera. Parecía que estaba pilotando en la niebla, fue horrible. Estaba intentando limpiarlo con el guante, pero se puso peor. Preguntaba al equipo dónde estaba Daniel [Ricciardo] porque no podía verle en los retrovisores, explicó Verstappen a Sky Sports.

Esta rotura de un motor Honda no preocupa a Verstappen ante la llegada del fabricante japonés como motorista en Red Bull el año que viene.A veces prefiero ganar una carrera y entonces romper en otra que ser constantemente lento. Parece prometedor, pero quiero ser realista y esperar”, admitió el neerlandés.

“Primero tenemos que construir un gran coche y el motor tiene que ser fiable además de potente. Creo que estaremos ahí, pero primero tenemos que completar los test invernales y luego ya veremos”, concluyó Verstappen.