Jean-Pierre Van Rossem, que fue propietario del equipo de Fórmula 1 Onyx en 1989, ha fallecido a los 73 años. Nunca fue una persona que pasase desapercibida por el ‘paddock’ y, aunque su periodo por la F1 fue breve, dejó huella, en ocasiones por actitudes poco correctas. Su muerte ha sido anunciada por los medios de comunicación de su país natal, Bélgica.

El magnate financió el equipo de F1 gracias a su compañía de inversiones Moneytron y a la ayuda de Stefan Johansson y Bertrand Gachot. El patrocinio de este último permitió que la escudería siguiera adelante en su entrada a la categoría reina del automovilismo con un monoplaza con motor Ford Cosworth ORE-1.

Onyx obtuvo su primera victoria en la séptima carrera de la temporada 1989 en el circuito de Paul Ricard y, más adelante, un podio en el trazado de Estoril, de la mano del piloto sueco Johansson.

El máximo responsable de la antigua escudería, Mike Earle, ha lamentado mucho la perdida del belga: "Es triste escuchar que murió, porque sin él probablemente no hubiéramos llegado a la F1". "Era un excéntrico, pero un entusiasta del deporte del motor. Era extravagante e impredecible, pero sin duda muy inteligente y, finalmente, un buen tipo si se sentaba con él lejos del centro de atención", aseguró al portal estadounidense Motorsport.com.