Fernando Alonso es un piloto que no deja indiferente a nadie. Respetado en su trabajo, admirado por incontables aficionados, y como ocurre en estos casos, también detestado por unos cuantos. Gente que afirma que es un piloto acabado al tiempo que aprovechan la más mínima ocasión para intentar hacer burla sobre el asturiano.
Las burlas se incrementaron durante la pretemporada, cuando Toro Rosso, motorizado por Honda, mostró potencial interesante, incluso superando los tiempos de McLaren, mientras el equipo del asturiano acumulaba diferentes problemas que retrasaban el necesario trabajo en pista.
Después llegó Bahréin, donde Toro Rosso mostró un rendimiento totalmente inesperado y rozó el podio con una cuarta posición. Gasly fue más rápido que Alonso y finalizó la carrera por delante de forma indiscutible, lo que fue aprovechado por las personas anteriormente comentadas para sacar pecho. Incluso se intentó fomentar una rivalidad entre Alonso y Honda, rivalidad que el asturiano zanjó durante el fin de semana, afirmando que no le interesaba.
La realidad es, que pese al empeño de insinuar que el cambio a motor Renault de McLaren ha sido un error, los datos dicen lo contrario. Alonso ha puntuado en las tres primeras carreras de la temporada, algo que no pudo hacer en las tres temporadas que McLaren estuvo ligada a Honda, y su unidad de potencia se mantiene intacta, algo que tampoco ocurrió, desafortunadamente, en el pasado, como tampoco le ha ocurrido a Toro Rosso.
Solo le llevó dos carreras igualar, con un quinto puesto, el mejor resultado logrado con Honda, y, es hasta triste decirlo, en solo tres carreras ha superado los puntos que consiguió en todo 2017, cuando solo logró puntuar en cinco carreras. Alonso acumula 22 puntos por los 17 conseguidos el pasado año. Incluso McLaren, con 28 puntos, está cerca de superar los 30 que consiguió en todo el año pasado.
La mejora que se ha conseguido con McLaren Renault es a estas alturas incuestionable. Cierto es que quizás el optimismo ha llevado a crear más expectativas de las reales, y que insinuar que se podría estar con Red Bull, ganadora en China, no se ajustaba a la realidad, pero el cuento ha cambiado mucho en solo unos meses, pasando de un piloto frustrado, a uno que, a sus 36 años, sigue disfrutando de cada batalla como si fuera un novato.
