Cuando Liberty Media se hizo con el control total de la Fórmula 1, dictó una hoja de ruta con sus planes para la categoría. Uno de los deseos de Liberty era que los propios participantes, los equipos, se convirtieran en copropietarios de la categoría, tal y como ocurre en distintas series de muy distintos deportes.

Con esta maniobra se logra que todos formen parte del mismo barco, remando en la misma dirección y evitando cualquier atisbo de escisión, algo que siempre ha rodeado a la Fórmula 1, especialmente décadas atrás. Sin embargo, la primera propuesta de Liberty tuvo la callada por respuesta, admitiendo el gigante norteamericano que no había sabido explicar el objetivo ni había dado tiempo a los equipos para meditarlo.

John Malone no desistió en su objetivo e informó que volvería a proponérselo a los equipo siendo finalmente Ferrari el primero en aceptar la propuesta, que según publicó en su balance anual, se hizo con el control de 145.000 acciones las cuales estaban en manos de Liberty.

Ferrari ha sido la primera en acceder a los deseos de los nuevos propietarios de la competición en un momento en el que sonaba con fuerza la posible pérdida de privilegios de la que goza el constructor italiano tanto por su longevidad como por sus éxitos en la categoría.

Pese a todo, la participación de los equipos será en cualquier caso icónica pues no está en los planes del gigante norteamericano perder el control absoluto de la Fórmula 1.