Pocos fines de semana tan llenos de penurias se han visto en la historia reciente de la Fórmula 1 como el de Pierre Gasly en el Gran Premio de Azerbaiyán. El piloto francés llegó a Bakú con la esperanza de conseguir un buen resultado después de su decepcionante inicio de temporada, donde ni siquiera se acercó al ritmo de Max Verstappen en ningún momento, y silenciar los rumores de un posible reemplazo a mitad de año.

La serie de catastróficas desdichas de Gasly empezó el viernes, cuando no acudió al pesaje de la FIA al término de la segunda sesión de entrenamientos libres. Para desgracia del galo, este tipo de infracciones están severamente castigadas y se vio obligado a empezar la carrera desde el pit lane, lo que arruinó su preparación de cara al domingo desde el primer día de actividad en pista.

Aprovechando esta situación, en Red Bull optaron por reemplazar la caja de cambios de Gasly antes de cumplir el ciclo, pues el piloto ya no tenía nada que perder si iba a salir a carrera desde boxes. Este fue el escenario con el que Gasly se plantó en clasificación, donde dejó a todos con la boca abierta cuando consiguió el mejor tiempo de la Q1, un resultado por el que nadie hubiera apostado.

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Era demasiado bonito para ser verdad. Después de la clasificación, la FIA investigó a Gasly por una supuesta infracción al exceder el flujo de gasolina permitido. Por este motivo, el francés fue excluido de la clasificación, una circunstancia que no afectó a su situación, pues iba a salir desde el pit lane de todas formas. Tres sanciones acumuladas en dos días por diferentes motivos y la guinda del pastel estaba por llegar.

Gasly tenía la ardua tarea de remontar posiciones desde boxes, un objetivo que iba cumpliendo con el paso de las vueltas. El galo tuvo paciencia y aprovechó su estrategia alternativa empezando con los neumáticos medios para alargar su parada, momento en el que se consolidó en la sexta posición. Todo parecía ir bien para Gasly por una vez este fin de semana, pero las cosas se volvieron a torcer.

A falta de 13 vueltas para el final de la carrera, un fallo en el eje de transmisión del Red Bull obligó a Gasly a abandonar la prueba. Cuando había completado una destacable remontada, sobre todo sin coches de seguridad de por medio, el galo se quedó sin recompensa en forma de puntos. Así fue cómo el fin de semana lleno de penurias de Gasly en Azerbaiyán concluyó.