Una compra a medio hacer. Parece que la familia Mazepin no iba desencaminada cuando dijo que los tiempos impuestos por el administrador para adquirir el equipo Force India no era realistas, y que quizás el proceso no fue todo lo transparente que debía.

Y es que tal y como se ha revelado recientemente, si bien la empresa tras la que se esconde la familia Stroll ha comprado todos los activos del equipo, tales como bienes materiales incluidos los vehículos, el nombre con el que el equipo está inscrito y el derecho a usarlo, sigue pendiente de un complicado visto bueno de muchas partes diferentes.

El equipo podría sortear fácilmente este obstáculo inscribiéndose con un nuevo nombre, pero esto le haría perder el derecho a cobro de la FOM, una cifra nada despreciable, estimada en 140 millones de dólares, tras conseguir Force India acabar por dos temporadas consecutivas en la cuarta posición de la clasificación de constructores.

Force India intentó que todos los equipos aprobaran un cambio para no perder los derechos de cobro, algo a lo que distintos rivales se negaron, ya que los mencionados 140 millones de dólares se repartirían entre el resto de participantes. Situación que dirigentes del propio equipo Force India defendieron en el pasado, cuando el ya extinto equipo Manor intentó una maniobra similar.

Aunque las distintas partes, incluida la Fórmula 1 y la FIA, trabajan para encontrar una solución, a medida que avanzan las horas, la participación de la estructura Force India en el Gran Premio de Bélgica, resulta más improbable.