La temporada 2018 marca el inicio de la asociación entre Toro Rosso y Honda. Después de tres complicados años con decepcionantes resultados junto a McLaren, ambas partes decidieron poner fin a la colaboración y el motorista japonés encontró cobijo en el equipo de Faenza para mantenerse en la Fórmula 1. Toro Rosso espera así dejar atrás los dolores de cabeza causados por los motores Renault especialmente al final de la pasada campaña, aunque el historial de Honda desde su regreso a la parrilla no es nada alentador.

La dupla McLaren-Honda estuvo marcada por una escasa fiabilidad y una considerable falta de potencia de las unidades japonesas. Si bien el fabricante logró solucionar en cierta medida estos problemas en las últimas carreras de la temporada, todavía no ha alcanzado el nivel competitivo que esperaban en su tercer año en la competición. En Toro Rosso confían en que esta nueva asociación permita a Honda dar un salto significativo en rendimiento.

Concretamente, Pierre Gasly pone el centro de atención en tener una buena fiabilidad durante los test de pretemporada. Estas pruebas serán la primera toma de contacto de la colaboración Toro Rosso-Honda con la pista y el francés cruza los dedos para que no se repita el descalabro del fabricante japonés en los test del pasado año, pues múltiples problemas impidieron que McLaren pudiera completar los kilómetros deseados para poner todo a punto de cara a la primera carrera en Australia.

“Habrá mucho trabajo por hacer en los test, especialmente al tener un nuevo motorista. Lo importante será tener un motor fiable para que podamos dar tantas vueltas como sea posible y poder entender dónde está el coche, el motor y cómo está planeada la evolución del paquete. Solo hay ocho días de pruebas antes de Australia y no es mucho tiempo”, declaró Gasly.

El francés disputará su primera temporada completa en Fórmula 1 después de hacer su debut en la categoría en el Gran Premio de Malasia del año pasado. Gasly estará acompañado en Toro Rosso por Brendon Hartley después de que la estructura decidiera optar por una alineación completamente nueva tras la cesión de Carlos Sainz a Renault y la salida de Daniil Kvyat de la órbita de Red Bull.