El desafortunado accidente de la primera curva entre Sebastian Vettel y Kimi Räikkönen no sólo vio afectados sus resultados durante el Gran Premio de China, también los de muchos otros pilotos. A consecuencia de esto, el piloto Romain Grosjean rompió el alerón delantero de su monoplaza por un toque con Marcus Ericsson. Después de la carrera el francés criticó la acción del sueco, por perjudicar su carrera.

Después de un inicio de campaña brillante en Australia y Bahréin, el equipo Haas tuvo peor suerte en China, con unos resultados muy diferentes a los conseguidos hasta la fecha. El francés ha atribuido los comentarios hacia Ericsson a la frustración de no poder mantener la buena racha.

"Tuvimos dos magníficos resultados en los primeros Grandes Premios y después, uno malo en China. Esto es bastante positivo porque nos permite analizar, entender y darnos cuenta de que la Fórmula 1 no es tan fácil como parece", ha confesado Grosjean a RMC.

"Llamé idiota a Ericsson por la adrenalina porque estaba arriba en la clasificación general de pilotos y quería mantener mi racha. Tuve algunos accidentes en el pasado y aprendí de la experiencia", ha añadido el francés.

Uno de los puntos clave del bajo rendimiento del VF-16 en China ha sido la elevada presión de los neumáticos Pirelli, según palabras del propio Grosjean. El piloto confía en que esto haya sido algo puntual y en que volverán en plena forma para la próxima carrera, que se disputará en Rusia.

Sin embargo, el ex piloto de Fórmula 1, Frank Montagny ha manifestado sus dudas de que vuelvan a demostrar buen rendimiento, ya que opina que el bajo rendimiento puede ser debido a algo más que un problema de ruedas. "Grosjean no estaba claramente en la fiesta de China. Es incomprensible después de dos fabulosas carreras. Quizás sea un problema de que las presiones eran demasiado elevadas pero esto no lo explica todo", ha explicado Montagny para Le Point.