El Gran Premio de Singapur supone uno gran desafío para los pilotos en términos de exigencia físicas. Las extremas condiciones en las que se lleva a cabo la carrera, unidas a un circuito que apenas permite descansos a lo largo de una vuelta, convierten a la cita de la ciudad-estado en una de las más complicadas de la temporada. Al mismo tiempo, el trazado de Marina Bay también es uno de los favoritos de los pilotos.

Romain Grosjean reconoce que le gusta correr bajo las luces artificiales en la única carrera del calendario que se disputa totalmente de noche. “Me gusta el Gran Premio de Singapur. Es muy divertido. Las imágenes son espectaculares y es una de las carreras más bonitas que se pueden disputar de noche. Es genial. Ofrece algo diferente en el calendario y estoy deseando ver qué podemos hacer allí”, comentó el francés.

“Los mayores desafíos de Singapur son el calor y la humedad. Otro desafío es la carrera en sí misma, que suele durar dos horas. Además, es un trazado urbano y es muy complicado. El tema de la luz es más sencillo por la noche porque no cambia. La luminosidad es todo el rato la misma. Nos quedamos con la misma visera y correr a estas velocidades en estas condiciones está bien”, añadió.

El circuito de Marina Bay es el que más curvas tiene del calendario, así que la concentración de los pilotos debe ser máxima para no chocar con los muros. Hay que aguantar el aire y esperar lo mejor, sobre todo cuando estamos apretando en clasificación ya que nos acercamos mucho a los muros. Además, hay muchos baches entre las curvas tres y cuatro y en la recta larga. Cuando se intenta adelantar ahí, hay que estar muy seguro de que controlas el coche”, explicó Grosjean.