Muchos pilotos a lo largo de la historia de la Fórmula 1 han podido merecer títulos que finalmente se les han escapado o que por circunstancias varias no tuvieron la oportunidad de luchar por ellos a pesar de sus grandes dotes.

Los ejemplos más reciente son tanto el de Fernando Alonso como el de Lewis Hamilton, quienes en 2007 perdieron el título por sus luchas internas en McLaren. Ese, en condiciones normales, debería haber sido el primer título para Hamilton o el tercero, consecutivo, para Alonso. Sin embargo, Kimi Raikkonen se llevó el gato al agua.

En 2008 Hamilton arrebató el título a Felipe Massa, literalmente, en la última curva del Mundial en Interlagos y, desde ese momento, no ha vuelto a tener oportunidad de luchar por otro título, mientras que Fernando Alonso tuvo en sus manos el de 2010 y 2012 aunque finalmente fueron a parar a las manos de Sebastian Vettel como el incontestable de 2011.

Así, Hamilton se da cuenta de que los años van pasando y no está en la posición en la que debería estar un piloto de su calidad, considerado de los mejores actualmente en la parrilla.

"El tiempo va corriendo. Han pasado ya cinco años desde que gané el Mundial. Cuando estaba en categorías inferiores, ganaba un campeonato cada año o cada dos años", confesó en una entrevista a la revista Driving de The Sunday Times. "Hay muchos pilotos que no han ganado un título mundial, así que al menos doy las gracias por tener uno, aunque tener uno es menos prestigioso ahora, porque mucha gente ha ganado un Mundial. Ahora la gente tiene dos, tres o cuatro: eso eso lo que te hace especial".

Con estas palabras, el hombre al que se dirigen todas las miradas es Sebastian Vettel, quien desde 2010 manda en el Gran Circo con mayor o menor holgura pero, en definitiva, es el campeón del mundo de los tres últimos años junto a Red Bull, que también han ganado los tres últimos títulos de constructores y, actualmente, también lideran ambos campeonatos.

Ante tal dominio de la dupla Vettel-Red Bull, Hamilton se preguntó en esta entrevista sobre como le recordarán los aficionados a la Fórmula 1 cuando no esté ya que, pese a su calidad innata y a los muchos elogios que recibe, los números no le están acompañando en ese sentido.

"Voy creciendo y no estaré siempre en la F1. Así que, definitivamente, empiezo a pensar sobre cómo quiero que la gente me recuerde: quiero que me recuerden simplemente como un piloto duro y empedernido", afirmó el británico.

Lewis revolucionó la Fórmula 1 cuando anunció su marcha del equipo que le había dado todo en su vida como piloto, McLaren, para poner rumbo a Mercedes. La decisión, en un primer momento, parecía la equivocada al abandonar una escudería curtida en mil batallas y que es la segunda más laureada de la historia, por un equipo que tan solo había logrado una victoria en tres años desde su vuelta a la F1.

Sin embargo, en este primer año de Hamilton fuera de Woking, el equipo Mercedes es uno de los más competitivos de la parrilla, tienen el monoplaza más rápido a una vuelta y, aunque el británico no ha logrado aún su primera victoria con ellos, es cuarto en el campeonato de pilotos y Mercedes marcha tercero en el campeonato de constructores. Por su parte, el equipo McLaren está teniendo un año para olvidar, quizás pensando más en los cambios de 2014 y de momento son sextos con mucho que mejorar.

Es por eso que Hamilton, con sus palabras, ha dejado entrever que la ausencia de un coche que le permitiese luchar de tú a tú con Vettel o Alonso en estas últimas temporadas, le hizo tomar la decisión de cambiar de rumbo para encontrar esta competitividad en otra parte.

"Llegué a la F1 y casi logro ganar en mi primer año, luego gané en el segundo", agregó. "Desde entonces, nunca he tenido realmente un coche con el que poder competir y el coche hace una gran diferencia, por lo que estás malgastando tus mejores años (esperando tenerlo)".

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