Si algo ha demostrado Hamilton en los últimos años es su hambre de victoria y no rendirse jamás ante cualquier reto que se le presenta en la pista. El sábado, durante la clasificación, el Gran Premio de Alemania pegó un grave vuelco para los intereses del vigente campeón. Su Mercedes falló y le dejó en la varado en plena Q1. La imagen fue tremendamente dramática: Hamilton de cuclillas junto a su monoplaza, como rezando a su lado para que ‘volviese a la vida’. Para colmo, Sebastian Vettel certificaba una nueva Pole para salir primero en su propia casa. El escenario era inmejorable para el alemán.

Sin embargo, desde las últimas horas de la jornada del sábado, Hamilton se mostró a través de las redes sociales más confiando y combativo que nunca. Apeló a su espíritu de guerrero, no se iba a rendir, como si tuviese la prodigiosa facultad de predecir lo que sucedería en la carrera del domingo.

La prueba arrancó con relativa normalidad. Vettel, cómodo en primera posición y ampliando la ventaja con Bottas. Por detrás, Hamilton iniciaba la previsible remontada. El triunfo del piloto de Ferrari era descarado, especialmente cuando su propio equipo pidió a Raikkonen que le cediese el liderato tras realizar las paradas nen boxes porque el piloto local llegaba con más ritmo.

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Todo cambió en el último tercio de carrera. La tímida lluvia hizo acto de presencia y, de nuevo, los pilotos barajaron con sus equipos si entrar en boxes para montar intermedios. En esta coyuntura, el británico protagonizó una de las imágenes de día al evitar ‘in extremis’ una parada en boxes que, seguramente, le habría privado de la victoria final. La lluvia se intensificó y, quien sabe si por los nervios, Vettel cometió un error y se fue contra el muro. Abandono del que hasta hoy era el líder del Mundial.

De repente, Hamilton era primero, consecuencia de la suerte y de tomar las decisiones acertadas en el momento indicado. Desde ahí, hasta la bandera a cuadros. Hamilton certificó, posiblemente, una de las mejores victorias de su trayectoria, partiendo desde la 14ª posición en parrilla. Una muestra que lo que en un principio podía parecer imposible, finalmente se tornó en realidad. Hamilton se va de Hockenheim como nuevo líder del Mundial. El sábado, algunos creyeron que la avería en su Mercedes podría ser una profunda estocada para sus opciones al título.