Si en el pasado Gran Premio el gran protagonista de la reunión de pilotos previa a la carrera fue Sergio Pérez, con su acción al atajar la primera curva del Gran Premio de Singapur, en esta ocasión la atención se centró en Lewis Hamilton, y como en la vez anterior, con Romain Grosjean como pilar básico de las discusiones.

Tras el accidente sufrido por Sebastian Vettel y Lance Stroll al finalizar el Gran Premio de Malasia, el alemán no volvió a colocar el volante en su emplazamiento, una maniobra tipificada con sanción, ya que dificulta el trabajo de los comisarios. Lewis Hamilton quiso preguntar al respecto, ya que Vettel no lo había hecho tras el accidente. Con Vettel mirando con cara de pocos amigos a Hamilton, Whiting contestó que en este caso los comisarios no tuvieron que maniobrar, por lo que no se reportó ningún inconveniente y por lo tanto no hubo sanción.

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Aunque uno podría esperar que fuese Vettel el que afease alguna actitud de Hamilton, el que lo hizo fue Romain Grosjean, preguntado a Whiting si un piloto podría desprenderse de los cinturones en la vuelta de honor. El director de carrera dijo que entendía que se aflojaran, pero no desabrochara. Charlie se quedó con la mosca detrás de la oreja y preguntó al francés por qué lo preguntaba.

Entonces el piloto de Haas respondió diciendo que Hamilton lo hacía, apostillando el británico que era para saludar a los aficionados y que lo hacía a muy baja velocidad. De nuevo Whiting sugirió que no debía hacerlo. Whiting preguntó a Grosjean si quería incidir más en el tema, aclarando el galo que su intención no era comenzar una discusión, pero que quería conocer las reglas, porque a veces no pones el volante en su sitio y recibes una multa, y sin embargo si te puedes desprender de los cinturones.

La discusión no fue a más, al menos en los fragmentos mostrados por la FIA, pero sin duda alguna, si Hamilton fue a por lana, salió trasquilado.