Honda no quiere arriesgar en sus evoluciones. El motorista japonés traerá pequeñas novedades para su propulsor, en Canadá, aunque aseguran que la fiabilidad es la principal preocupación a la hora de introducir mejoras en la unidad de potencia. Honda cambió el MGU-H y Turbo de sus motores en la primera cita, celebrada en Australia, y cambió el motor de combustión del Pierre Gasly, completando las siguientes cinco carreras con todos sus componentes.

“Hasta ahora, la fiabilidad es estable, pero creo que debemos tener cuidado y no forzar demasiado el rendimiento”, explica Toyoharu Tanabe, director técnico de Honda. “Tenemos muchas cosas por hacer y no muchas soluciones a corto plazo; la mayoría son a largo plazo. Si desarrollamos algo y luego lo aplicamos al motor, necesitamos una prueba de fiabilidad. Necesitamos tiempo para mejorar cualquier cosa del rendimiento”, añade.

El rendimiento de Honda es más alentador en circuitos donde la potencia no tiene un papel protagonista, por lo que el fabricante está satisfecha con el ritmo y maniobrabilidad de su propulsor en el inicio de 2018.

La clave en Mónaco es la baja aceleración y la alternación. Es uno de los parámetros clave para establecer la gestión energética. Hemos trabajado en la capacidad de conducción del chasis en las curvas. La fiabilidad, potencia y maniobrabilidad son clave para el motor. Es importante tener una buena potencia por vuelta pero la maniobrabilidad también tiene un gran efecto. Nuestros ingenieros siempre se comunican con el equipo y los pilotos para mejorar su confianza a la hora de acelerar, concluye.