Sebastian Vettel no está teniendo su mejor arranque de temporada. El tetracampeón del Mundo más joven de la historia está sufriendo para adaptarse a las nuevas normativas y el RB10 no termina de reaccionar ante su pilotaje. Daniel Ricciardo le vuelve a superar por tercera vez en carrera -la sanción en Australia hizo que no sumara esos puntos al marcador- y el alemán reconoce que tiene mucho trabajo por delante, tras un GP de China en el que tuvo que escuchar a su equipo pedirle que dejara pasar a su compañero de equipo, otra vez.

En la comunicación por radio, el alemán se entretuvo en preguntar por la estrategia que llevaba el joven australiano, añadiendo un "mala suerte" que pudo ser entendido como un "tendrá que adelantarme por méritos propios" y que Christian Horner se encargó de desmentir minutos después de acabado el Gran Premio. "Él es un piloto; quiere competir, quiere ganar. Ha demostrado ser un jugador de equipo e hizo lo correcto", aseguraba el jefe de equipo a ‘RTL’. "Lo más importante de todo esto es entender por qué está sufriendo con el coche Sebastian. Sabemos que él es muy sensible en cómo entra el monoplaza en la curva y, por ahora, no tiene las sensaciones que necesita".

Así pues, queda claro que el alemán dominador de los últimos cuatro años parece no conseguir adaptarse a su nuevo monoplaza, mientras que Daniel Ricciardo -tras ascender desde Toro Rosso- lo está haciendo a la perfección. El propio australiano prefería no añadir leña al asunto, declarando que"No me intimidó lo que estaba diciendo por la radio durante la carrera. No estaba seguro de qué estrategia estábamos llevando cada uno pero conseguí pasar. No quiero empezar ningún tipo de conflicto".

"Sinceramente, no estoy seguro", añadía Ricciardo al ser preguntado si Vettel le dejó pasar voluntariamente o fue un error del germano en la entrada a la primera curva de Shanghai lo que facilitó su adelantamiento. "Cuando me pidieron que lo hiciera, no lo entendí, ya que estábamos con el mismo neumático, por lo que traté de verificarlo", afirmaba, en cambio, el tetracampeón del Mundo. "También, me fui dando cuenta de que no podía aguantar su ritmo".

"De lo que podéis estar muy seguros es de que ha estado trabajando realmente duro este fin de semana y en carrera para entender dónde están las diferencias, en qué está fallando y dónde podemos mejorar. Ningún piloto trabajará más duro en estas tres semanas antes de aterrizar en Barcelona", rompía una lanza en favor de su pupilo, Christian Horner.