El escaso desgaste que sufren los actuales neumáticos de Pirelli han suscitado muchas críticas por parte de los aficionados. Los pilotos son capaces de completar un gran número de vueltas con el compuesto más blando de los tres disponibles durante los fines de semana de Gran Premio, lo que reduce el abanico de posibilidades estratégicas al disputarse la mayoría de las carreras a una única parada en boxes.

La baja degradación de los compuestos, unido a las actuales especificaciones técnicas de los monoplazas, dificultan los adelantamientos al necesitar una diferencia significativa de ritmo entre los coches implicados para ver un cambio de posición en pista. Ante esta situación, la Fórmula 1 se está planteando volver a tener altos niveles de degradación en los neumáticos, similares a los vistos en las temporadas 2011 y 2012.

Estamos analizando los números para la degradación y son bastante altos. Por eso estamos intentando realizar simulaciones con los trabajadores en Milán para entender lo que podemos lograr con estos números antes de responder. No están lejos de lo visto en 2011 y 2012. Estamos realizando comparaciones para entenderlo”, explicó Mario Isola.

A pesar de que se pueden alcanzar dichos niveles de degradación, no es garantía de que el desgaste vaya a ser el esperado todas las carreras dependiendo de la gestión de los neumáticos que realicen los pilotos. La degradación pura es una cosa, pero la degradación en carrera es otra. Los equipos quieren gestionar el desgaste sin reducir demasiado el ritmo para alcanzar el mejor resultado. Están compitiendo y tienen que hacerlo”, comentó el responsable de Pirelli.