Ferrari volvió a sacrificar la carrera de Kimi Räikkönen. Los italianos escogieron a Sebastian Vettel para luchar por la victoria, aunque finalmente les salió todo mal: el finés se quedó con el tercer cajón del podio y el alemán, octavo, muy lejos de las posiciones de arriba, debido a su toque con Max Verstappen.

Räikkönen fue a una sola parada. Antes del baile de pasos por el pit lane, era cuarto y sacaba tres segundos de ventaja a Daniel Ricciardo. Red Bull optó por una estrategia a dos paradas con sus pilotos y, finalmente, sería el australiano quien se proclamaría vencedor de la prueba tras aprovechar la situación de Safety Car.

Ferrari optó por parar primero a Vettel, en la vuelta 21, para cambiar a neumáticos medios y llegar hasta el final de carrera. En lugar de parar a Kimi en el giro siguiente, los italianos esperaron hasta la 27 para detener a su segundo coche en en el pit lane; sacrificio evidente a favor del cuatro veces campeón del mundo. Mercedes paró a sus dos pilotos en las vueltas 18 y 19, por lo que la decisión tomada con Räikkönen no seguía ninguna lógica. Vettel y Bottas consiguieron atraparle. Räikkönen salió del pit a 13 segundos de Ricciardo, perdiendo todas sus opciones de victoria.

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“Lo interesante es ver cómo Ferrari usó a Räikkönen para ayudar a Vettel”, asegura Nico Rosberg a Sky Sports F1. “Arruinaron su carrera para dar a Vettel un poco más de posibilidades de adelantar a Bottas", añade el alemán.

Aun así, el finés consiguió rescatar un tercer puesto y acumula ya dos podios en tres carreras: “Fue una carrera complicada, no disfruté”, lamenta el compañero de Vettel. Räikkönen está protagonizando un inicio de temporada muy competitivo, aunque los fallos estratégicos y los favoritismos del equipo están difuminando un gran inicio de curso para el campeón de 2007.