Kevin Magnussen demostró otra vez en el Gran Premio de Japón que no aprende. El piloto danés volvió a dejar clara su falta de respeto ante sus rivales en pista con una nueva peligrosa maniobra defensiva en plena recta de meta del circuito de Suzuka, una acción que el de Haas ha efectuado en numerosas ocasiones sin recibir ningún tipo de sanción. Esta ausencia de castigo sigue animando a Magnussen a poner en peligro a otros pilotos con movimientos imprudentes, nada propias en un profesional.

La víctima de Magnussen en esta ocasión fue Charles Leclerc. El monegasco estaba pegado al danés durante las primeras vueltas de la carrera, tratando de superarle para no perder demasiado tiempo detrás de él. En uno de los ataques de Leclerc, Magnussen se movió en la recta para bloquear al piloto de Sauber, quien no pudo evitar impactar con la parte trasera de Haas y dañar su alerón delantero.

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La maniobra enfureció a Leclerc, unos de los pilotos que más calmados se suele mostrar por la radio, y no dudó en dejar patente su descontento con Magnussen.Es y siempre será estúpido, es un hecho, comentó el monegasco sobre la maniobra del de Haas, uniéndose a pilotos como Nico Hulkenberg, Pierre Gasly y Fernando Alonso en el grupo de ‘amistades’ del danés.

Magnussen sufrió un pinchazo como fruto del impacto, dejando restos de su monoplaza en pista que obligaron a la salida del coche de seguridad. Unas vueltas más adelante, Haas optó por retirar el vehículo de la carrera. En cuanto a Leclerc, Sauber aprovechó el periodo de Safety Car para reemplazar el alerón delantero del piloto y cambiar a los neumáticos medios con el objetivo de no volver a parar hasta el final, aunque tuvo que abandonar por un problema mecánico.

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A pesar de la evidente peligrosidad de la maniobra de Magnussen, los comisarios volvieron a taparse los ojos y decidieron no sancionar al danés una vez más alegando que ninguno de los pilotos implicados era totalmente culpable del incidente. No es la primera vez que se va de rositas tras un movimiento que pone en riesgo a otros pilotos, con su maniobra con Carlos Sainz en el Gran Premio de Rusia siendo el último caso de una imprudencia del danés que no fue penalizada.

Con la inconsistencia de los comisarios a la hora de sancionar este tipo de incidentes y haciendo oídos sordos en varios incidentes donde Magnussen fue protagonista, se sientan unos peligrosos precedentes sobre dónde está el límite en Fórmula 1. Parece que a los comisarios les parece correcto que un piloto pueda cambiar de trayectoria en recta cuando tiene a otro pegado por detrás a altas velocidades, una situación que puede causar un grave accidente en el día de mañana.