Marcus Ericsson consiguió en el pasado Gran Premio de Bahréin poner fin a una racha negativa de carreras sin puntuar, que databa del Gran Premio de Italia de la temporada 2015. Desde entonces, Sauber ha pasado por momentos complicados que han lastrado las posibilidades del piloto sueco, el cual no ha escondido su tremenda alegría por lo conseguido.
“Fue fantástico, una gran recompensa para el equipo. Venimos de dos años muy difíciles, pero han ocurrido muchas cosas durante el inverno y contamos con un nuevo patrocinador, un nuevo compañero de viaje.”
“La llegada de Alfa Romeo ha supuesto un nuevo capítulo para nosotros y se ha reflejado en los resultaos. Hemos podido avanzar en el grupo medio y conseguir puntos. Es un gran resultado que nos da alas. Los recursos que tenemos no tienen nada que ver y es muy motivador poder ascender en la parrilla, no tiene nada que ver con otros años, donde hemos más un ejercicio de supervivencia.”
“Siento un gran alivio. He terminado cuatro veces en la undécima posición, he estado cerca de puntuar muchas veces, he hecho grandes carreras, pero es complicado cuando tienes el peor coche de la parrilla. A veces he hecho carreras perfectas y he terminado decimocuarto, lo que es muy frustrante.”
El de Sauber además confía en las posibilidades del actual monoplaza, que aunque se mostró muy crítico y nervioso durante los test, parece que han sabido encontrar la solución rápidamente, y Ericsson cree que es solo el principio.
“Tenemos una buena base desde la que partir, quizá no estamos del todo entre el grupo medio, pero podemos hacer como Toro Rosso, dar un pase adelante e ir muy rápido. Tenemos que trabajar duro para conseguirlo, pero es lo que todos queremos hacer y tenemos muchas cosas planeadas para esta temporada. La diferencia con el motor Ferrari que usamos el año pasado es muy grande, no solo en cuanto a potencia, sino también a nivel de fiabilidad y otros factores. El año pasado nos supuso un gran lastre.”
