En las múltiples comparecencias que Zak Brown ofreció a medio camino entre la debacle de las 500 millas de Indianápolis y el comienzo del Gran Premio de Mónaco, el de McLaren explicaba que se había centrado mucho en el proyecto de Fórmula 1, al igual que Gil de Ferran, dejando demasiado de lado a la Indycar.

Zak defendía que la mejora era claramente palpable en Fórmula 1, evidenciando que tanto su trabajo como el de Ferran había funcionado hasta la llegada de Andreas Seidl, que será ahora el encargado de continuar con la tendencia. A Brown hubo quién le echó en cara que la supuesta mejora en Fórmula 1 no parecía tal. Sin embargo, McLaren ha rozado la perfección en Mónaco, dentro de sus posibilidades.

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Las críticas fueron duras contra el equipo naranja, especialmente después de que Sainz se perdiera los primeros entrenamientos libres por un problema eléctrico. Sin embargo McLaren consiguió reaccionar a tiempo, y especialmente en el caso del piloto español, se llevó premio el sábado a meterse en la Q3, lo que lo dejaba en una posición de privilegio para luchar por los puntos.

Ya en carrera, la salida del piloto español fue loable, lo que le permitió meterse en una posición de privilegio. Con la salida del coche de seguridad, todo indicaba que McLaren se había equivocado no parando a ninguno de sus dos coches. Sí, tanto Sainz como Norris ganaron posiciones, pero parecía que lo iban a perder todo cuando tuvieran que parar.

McLaren también lo vio y tomó una decisión nada sencilla; mandar a Lando Norris que parase al pelotón para generar el suficiente espacio para Carlos Sainz. Esta actitud le hacía también el trabajo sucio a Toro Rosso, Pierre Gasly y Romain Grosjean, pero era la manera de lograr el mejor resultado posible.

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Dando por hecho que iba a ser imposible mantener detrás a Pierre Gasly, McLaren intensificó su lucha con los Toro Rosso, que con dos pilotos en liza, podía dividir estrategias. Lo cierto es que a Sainz le fue por apenas dos décimas, pero consiguió mantenerse por delante de Daniil Kvyat. Lo que el equipo de la bebida energética intentó con Albon, sencillamente no funcionó, así que Sainz ascendió al sexto puesto, que no sin sufrimiento, mantuvo hasta la bandera a cuadros.

Sainz fue el más rápido del resto y además se aprovechó del abandono de Charles Leclerc para meterse en ese top6 que parece negado a cualquier piloto fuera de los tres grandes equipos. Norris tuvo que sacrificarse, pero el equipo sacó un resultado dorado que no solo los destaca en la cuarta posición del campeonato de constructores, casi doblando en puntos al quinto, sino que el propio Sainz ya es el mejor clasificado de entre el resto de pilotos, a pesar del complicado inicio de temporada.

Cuando más miradas tenía McLaren sobre sí, cuando más fácil resultaba la crítica sencilla tanto al equipo como a sus dirigentes, la estructura naranja se marca un trabajo sobresaliente que la vuelve a destacar por encima de Renault y Haas, los cuales, a priori, tiene un vehículo superior.