Los tres años que ha durado la asociación McLaren-Honda han sido para olvidar. Los problemas de fiabilidad y la falta de potencia del motor del fabricante japonés lastraron el rendimiento del equipo de Woking. A pesar de que la mejora mostrada durante 2016 fue prometedora de cara al siguiente año, en 2017 la unidad de potencia volvió a causar una gran cantidad de problemas especialmente durante la primera mitad de la campaña.

La falta de resultados y de competitividad causó un momento de crisis en el que la directiva de McLaren trató de evitar un éxodo de trabajadores. “Les mostré los datos y les dije que no podíamos aceptar otro año como este. Tuvimos una primera temporada dura con Honda, tuvimos un segundo año complicado y esperábamos progresar lo suficiente para volver a donde pertenecemos. Pero Barcelona mostró que iríamos hacia atrás y eso no era una opción”, explicó Eric Boullier en declaraciones recogidas por Crash.net.

Les alerté de las consecuencias que tendría otro año sin resultados. Tenemos un nuevo equipo que se ha estado reconstruyendo durante los últimos tres años con nueva gente muy buena. Gente competitiva que está acostumbrada a ganar. El peligro era perderlos. La percepción de un equipo sigue basándose mucho en los pilotos, porque son las caras, pero para mí el peligro real era perder a esos trabajadores. Esa fue la discusión al comienzo de la temporada”, añadió el jefe de equipo de McLaren.

La escudería británica y Honda decidieron poner fin a su relación a finales de este año y McLaren pasará a montar unidades de potencia de Renault en 2018 en búsqueda de un mejor rendimiento. “Cualquier decisión importante es difícil de tomar. El concepto de McLaren ganando con Honda era un sueño para todos, una historia bonita. Hoy, tenemos un gran respeto por ellos y no nos separamos con peleas y culpándonos los unos a los otros. Somos todos muy profesionales y al final fue una decisión de negocios, lo cual entienden. Ahora tenemos que volver a ser competitivos y volver al frente”, afirmó Boullier.