Este año les ha costado hacerlo funcionar, y más todavía comprenderlo en las pistas. Los resultados no han sido los esperados y, visto el panorama y el derroche de tiempo y recursos, piensan desecharlo para el próximo año, e incluso para lo que queda de temporada.

El jefe de la escudería alemana, Ross Rrawn, asegura que es difícil incluso saber qué beneficio representa dicho dispositivo aerodinámico en el rendimiento del monoplaza, según apunta Autosport: "Es muy complicado saberlo en el rendimiento general del coche. Obviamente tenerlo implica perder algo de rendimiento general que uno espera recuperar de su propio beneficio, pero de momento es bastante neutral, para ser honesto".

En otras palabras: lo que se ganaría con el invento activado se pierde cuando no se usa. Y si la balanza no cae del lado favorable, lo desmontarán para el resto de la temporada y, presumiblemente, para siempre: "Seguiremos con él; no nos cuesta tiempo de rodar en la pista para probarlo, porque lo ponemos unas pocas vueltas los viernes por la mañana para coger datos. Si sobrevive al atardecer, no lo sé".