Tanto Red Bull como Mercedes tenían señalado a fuego en el calendario la cita del Gran Premio de Mónaco, aunque por motivos prácticamente opuestos. Mientras en Red Bull son conocedores de que es uno de los circuitos donde mejor pueden explotar las cualidades de su monoplaza y luchar por la victoria, algo que en la mayoría de pruebas les queda lejos, en Mercedes saben que su vehículo sufre en el trazado y que se trata de salvar los muebles.

Los tiempos han evidenciado que Mercedes está quizás más cerca de Red Bull y sobre todo de Ferrari, de lo que ellos pensaban. Sin embargo, el fabricante alemán ha detectado que son con diferencia los que peor tratan las gomas, posiblemente también consecuencia de las características del chasis FW09.

Por este motivo, Mercedes intentó clasificar en Q2 con el neumático últrablando, para comenzar así la carrera con él y curarse con él, pues como señaló Bottas, es un neumático mucho más estable. Pero los tiempos no salieron. Hamilton se quejó de falta de agarre y el muro empezó a alertar a los pilotos por el alarmante sobrecalentamiento de las gomas traseras. El equipo regresó al hiperblando, con los que Hamilton y Bottas se metieron en Q3.

“Intentamos clasificar con el neumático últrablando porque comenzar la carrera con el hiperblando va a ser complicado. Hemos tenido mucho graining en el delantero izquierdo y algo de degradación en la parte trasera. El que lidere tendrá que gestionar el ritmo con mucho cuidado, y aun así no tendrá goma tras unas vueltas. Puede ser una situación difícil, por lo que quieres evitar el hiperblando.”, explicaba Toto Wolff.

Y es que como explicaba el Austriaco, en Mónaco lo único que quieres es ir a una sola parada, pues el previsible tráfico siempre existente y la imposibilidad de adelantar estropearía cualquier estrategia alternativa.