Para Mick Schumacher, la semana pasada fue una de las que, difícilmente va a poder borrar de su memoria. El piloto alemán no solo hizo su debut en la Fórmula 2 de la mano de Prema en los que logró los primeros puntos de la temporada, sino que en los test de Fórmula 1, posteriores al GP de Bahréin, pudo subirse al Ferrari y al Alfa Romeo.

Cualquiera hubiera tenido más nervios de lo normal y habría tenido dificultades para estar completamente concentrado, pero parece que Mick está hecho de otra pasta y gestionó la situación con una gran actitud, disputando un decente primer fin de semana en la Fórmula 2 y no dejándose llevarse por un exceso de optimismo o alegría. Detalles que hacen inevitable la comparación con su padre, Michael.

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“No fue difícil. Me resultó bastante fácil. Para mí, pensaba en la Fórmula 2 desde el principio, concentrado en la Fórmula 2, y tras la Fórmula 2 ya pude pensar en los test de Fórmula 1. Lo gestioné bastante bien. Estaba contento con cómo fue todo, así que creo que fue una semana y un fin de semana positivo”, analiza el joven Schumacher que viene de un gran año después de haber añadido la Fórmula 3 a su palmarés.

Ahora, de nuevo, el alemán se va a centrar en la Fórmula 2, ya que, aunque hay la disputa del GP de China de Fórmula 1, Mick no va a subirse al SF90 de nuevo y la próxima vez que se suba a un coche será con motivo de las carreras de Barcelona a bordo de su Prema en la búsqueda de seguir sumando puntos en la Fórmula 2 y mejorar su posición en la tabla.