Muchas miradas estaban puestas en Max Verstappen de cara al Gran Premio de Mónaco. Tras un comienzo de temporada dominado por Mercedes, las calles del Principado son el lugar donde Red Bull acostumbra a destacar por encima de sus rivales. Además, el neerlandés tenía cuentas pendientes en el trazado urbano por excelencia tras echar a perder una más que posible victoria por su excesiva fogosidad el año pasado.
Verstappen se posicionó desde el principio como la principal amenaza de Mercedes, pero las flechas de plata parecían estar un paso por delante. El neerlandés sabía que tenía que arriesgar para intentar romper la racha del equipo de Brackley en un escenario que marcó un punto de inflexión es su trayectoria en Fórmula 1 la pasada temporada, demostrando todo lo aprendido en ese incidente.
La salida acostumbra a ser el momento decisivo en Mónaco y Verstappen trató de meterse entre los dos Mercedes, pero tuvo que levantar el pie en la primera curva. El de Red Bull esperó pacientemente una oportunidad que llegó con la salida del coche de seguridad. Los coches punteros entraron a realizar su parada y un veloz pit stop permitió a Verstappen ganarle la posición a Valtteri Bottas, pero su reincorporación fue peligrosa.
Verstappen golpeó a Bottas cuando salió de su puesto de parada, motivo por el cual recibió una sanción de cinco segundos. Este ‘unsafe release’ marcaría la carrera del neerlandés a pesar de salir por delante del finés, pues sería el margen que le dejaría fuera del podio después de presionar durante toda la carrera a un herido Lewis Hamilton, que estuvo todo el tiempo gestionando sus neumáticos.
En las últimas vueltas, Verstappen intentó adelantar a Hamilton con una agresiva maniobra, pero no pudo ganarle la posición. Esta era su única esperanza de subirse al podio, pues podía haberle adelantado para abrir un hueco suficiente para quedarse entre los tres primeros clasificados, pero este error hizo que su carrera terminara fuera de un podio que le hubiera sabido a gloria.
