El semáforo rojo que daba inicio al Gran Premio 1.000 de la Fórmula 1, en China, se apagó, dando comienzo la carrera y dando la posibilidad a Sebastian Vettel de ganarle la posición a Valtteri Bottas, algo en lo que se centró el piloto alemán de Ferrari, que en esta maniobra se olvidó de defenderse.

Su compañero de equipo, Charles Leclerc, que el sábado se flagelaba por haber cometido errores, más viendo que la siguiente posición estaba a solo 17 milésimas, realizó una buena salida, y no tardó en ponerse a la altura de Vettel, para posicionarse por delante ya en la primera vuelta.

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Ferrari sufría un cambio de posición entre sus pilotos mientras en Mercedes, que también tuvo cambio de posición, se marchaba. A pesar de la extrema necesidad de cuidar los neumáticos que suelen mostrar los pilotos, Vettel no estaba dispuesto a perder la batalla, y se mantuvo cerca, muy cerca de su compañero de equipo.

Mientras, Leclerc se mantenía a una distancia estable con los Mercedes, que amenazaban con marcharse. Vettel no tardó en meter presión a través de la radio, asegurando que era más rápido. El equipo pidió a Leclerc aumentar el ritmo, o tendría que ceder posición. Sin apenas tiempo para reaccionar, Ferrari tomó cartas en el asunto y pidió a Leclerc que cambiara posición, algo a lo que el piloto obedeció.

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Sin embargo, el ritmo de Vettel no era el que el piloto había prometido, y ahora la situación era similar, solo que con Leclerc muy pegado a él. El piloto monegasco, muy molesto con lo sucedido, dejó parcialmente de lado sus buenas maneras, para decir que “si a alguien le importa, estoy perdiendo tiempo” o “¿Y ahora qué? Bah….”, entre otros mensajes que no hicieron más que poner más nerviosos a Ferrari, que había confiado en las palabras de Vettel, pero que veía como el alemán no se separaba, e incluso bloqueaba neumáticos con cierta frecuencia.

Entre tanto, Verstappen olió sangre y no dudó en entrar en boxes para realizar su parada, sacando ventaja. Ferrari reaccionó con Vettel, que salió de su cambio de neumáticos por delante del neerlandés, pero ya era demasiado tarde para Leclerc. De tercero, a quinto. Red Bull le acababa de robar la cartera a Ferrari.

Sin saber qué hacer ahora, optaron por mantener en pista a Leclerc, esperando un suceso extraño que le hiciera recuperar el tiempo perdido. Mientras, cedía más y más tiempo. Un tiempo transcendental que más tarde le impediría luchar por posición con Verstappen, teniendo que conformarse con el quinto lugar.

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Todo pudo ser aún más dramático para Ferrari si cabe, pues Verstappen estuvo a punto de adelantar a Vettel. El de Red Bull se lanzó en frenada, pero Vettel se defendió bien, y lo estrujó contra la hierba. Verstappen perdió su momento, y ya no pudo acercarse más a Vettel durante el resto de la carrera.

Ondeó la bandera a cuadros, en manos de Alain Prost, y Vettel consiguió un podio, el primero de la temporada, arrebatándoselo a Leclerc, el cual ahora está un punto por detrás en la clasificación de pilotos, pues Red Bull también le robó la vuelta rápida al monegasco. Leclerc, frío y algo ausente, evitó entrar en polémicas al término de la carrera, a sabiendas de que el podio de pertenecía a él, y de que lejos de costarle el tercer lugar, también le costó perder posición con Verstappen, el cual continúa por delante de los Ferrari en la clasificación de pilotos.

Mattia Binotto aseguró, que a la hora de decantarse, lo haría a favor de Vettel, pero también afirmando que cuando la situación fuera necesaria. Lo cierto es que Vettel, cuando tenía que escaparse de Leclerc, no lo consiguió. El equipo confió en su palabra, pero no fue como parecía, y por el camino, perdieron una posición con un rival directo.

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El nuevo líder de Ferrari no gestionó la situación de manera correcta, pues ha acabado cabreando a uno de sus dos pilotos, al cual se le esta acabando la paciencia. A Leclerc le pidieron que se quedara tras Vettel en Australia, y obedeció. No lo hizo en Bahrein, cuando por algún motivo, le pidieron esperar dos vueltas, siendo cierto que entonces no tuvo que hacer nada para adelantar, debido a la velocidad punta. Y en China ha obedecido, dando su podio a Vettel.

Si bien las órdenes de equipo sin legítimas e incluso necesarias, es normal darlas cuando el beneficio es evidente. Sin embargo, en esta situación, solo están consiguiendo agotar la paciencia de un piloto que solo en tres carreras se ha ganado el derecho a reivindicarse. Ya no es un afortunado al que le han dado una oportunidad, es un piloto que puede negociar con rivales, un piloto que ahora ya si tiene poder negociador. Y todo, por prácticamente nada. Ahora Vettel tiene 37 puntos por 36 de Leclerc, y Hamilton está a nada menos que 31 puntos tras solo tres carreras. Eso sí, Vettel figurará en los libros como podio en el GP 1.000 de la Fórmula 1. Sin duda, una gestión nefasta de Mattia Binotto, el hombre por el que bajaron del barco a Maurizio Arrivabene, y que de momento ha visto en primera persona cómo Mercedes lograba tres dobletes en las primeras tres carreras del año, númeroso que solo había logrado hasta la fecha la Williams dorada de los 90.