Niki Lauda sigue recuperándose del transplante de pulmón que sufrió en agosto de este año. Poco a poco, el tres veces campeón del mundo de F1, se va recuperando y su vida va volviendo a la normalidad. Pero no ha podido evitar la tentación de subir a un coche después de varios meses sin conducir.

El austriaco confiesa que dio varias vueltas con uno de sus coches dentro de su finca: "Conduje por aquí tres veces. Tengo que frenar con el pie izquierdo porque con el derecho no puedo, pero así se pilota en las carreras hoy en día, así que está bien".

"Estoy bien, mis pulmones funcionan perfectamente, eso es lo más importante, sólo tengo que recuperar mi fuerza. He estado acostado en cama durante cinco meses, así que mis músculos han desaparecido", ha asegurado el ex piloto de F1 en declaraciones a la televisión austriaca OE24.

"Sólo tengo que hacer entrenamiento de fuerza. Me entreno todo el día con tres profesionales. Pronto podré caminar sin apoyo. Me levanto a las ocho de la mañana, me entreno, desayuno con los niños y voy a la pista de tenis", añadió.

Para Lauda su operación de transplante de pulmón fue mucho peor que el accidente que sufrió en 1976 que le provocó varias quemaduras en el circuito de Nürburgring. "Nunca estuve a punto de morir como ahora. Ha sido la peor experiencia de mi vida. Por supuesto que no me di cuenta, pero Birgit y mis hijos, que estuvieron conmigo durante toda la operación, luego me dijeron lo difícil que fue para ellos", finalizó el austriaco.