Más problemas para McLaren, esta vez en casa de Honda. El equipo de Woking llegó a Japón dudando sobre si cambiar el motor de Fernando Alonso por uno nuevo, pero decidieron no hacerlo para evitar sanciones que arrastraran al asturiano hacia el final de la parrilla. La situación dio un revés cuando McLaren identificó tras los libres del viernes una fuga hidráulica en el monoplaza de Alonso, lo que les ha obligado a reemplazar la unidad de potencia.

De esta forma, Alonso ha montado su octavo motor de combustión, décimo turbo, décimo MGU-H, octavo MGU-K, séptima batería y sexta centralita electrónica de la temporada. Todos estos cambios se traducen en una sanción de 35 puestos que le aseguran un puesto en la parte trasera de la parrilla de salida después de conseguir entrar a la Q3.

Para realizar reemplazar todos estos componentes, los mecánicos de McLaren tuvieron que estar trabajando por la noche, de forma que se saltaron el toque de queda para realizar los cambios en el monoplaza del asturiano, rompiendo así el parque cerrado. Esto no acarrea una penalización adicional ya que entra dentro de las excepciones permitidas por la FIA a lo largo de la campaña.

Sin duda, esta sanción es un jarro de agua fría para McLaren. La estructura tenía la esperanza de poder puntuar con los dos coches ante los directivos y los aficionados de Honda en la última carrera de la colaboración entre ambas partes en Japón, pero esta sanción complica la tarea para Alonso, si bien Stoffel Vandoorne comenzará la carrera dentro de los diez primeros.