La prueba que Pirelli realizó en Barcelona el cuarto día de test aún da que hablar. Allí el fabricante de neumáticos empapó el circuito con camiones de agua tratando de simular la lluvia, creando una condición que no terminó de convencer a los competidores y que finalizó con un día donde se rodó poco y mal.

Ante la inefectividad de mojar el circuito con altas temperaturas por lo rápido que se abría un carril y el uso de neumáticos, primero de lluvia extrema y luego intermedios, que resultaban inadecuados, muchos se preguntaron por qué no usar el circuito de Paul Ricard, un trazado que se encuentra preparado para simular la lluvia con aspersores instalados a lo largo del circuito.

Sobre esta duda, Mario Isola, responsable de Pirelli Motorsport confirmó las virtudes del circuito francés, donde ya realizan diversas pruebas de este tipo para las diferentes categorías del motor, afirmando que podría ser una posibilidad real para el futuro, especialmente ahora que con la próxima celebración del Gran Premio de Francia, se cumplirían uno de los deseos de los equipos, que es de usar en pretemporada un circuito que forme parte del calendario con el fin de comparar datos de la forma más fidedigna.

Sin embargo, aunque el hecho de que sea un circuito del calendario así como disponer de un mecanismo para humedecer el trazado a placer son dos puntos a favor, no hay que olvidar que el motivo de que se haya elegido circuitos como el de Barcelona en los últimos años también se debe al clima que acostumbra a predominar en la zona y que en estos últimos test ha alcanzado temperaturas de hasta casi 30 grados, algo impensable en otras zonas de Europa, y es que el exceso de frío podría hacer que los neumáticos directamente no funcionasen invalidando jornadas completas de test.