Las horas previas al Gran Premio de Bélgica de 2011 estuvieron marcadas por una polémica derivada del trato que los dos Red Bull daban a los neumáticos Pirelli. El equipo dirigido por Christian Horner sufrió de blistering al optar por un ángulo de caída de las gomas superior al recomendado por Pirelli, hecho que podía poner en peligro a Sebastian Vettel y Mark Webber, según argumentó entonces la escudería de Milton Keynes. Aunque Red Bull intentó obtener el visto bueno de la FIA para tomar la salida con neumáticos nuevos, la Federación se ciñó al reglamento y se lo impidió.

Con tal de evitar que esta controversia se repita esta temporada, Pirelli realizó unos tests en Spa-Francorchamps en los que intentó comprender mejor como reaccionan sus gomas a los distintos grados de 'camber' y al asfalto del asfalto belga. Tras estos entrenamientos, Paul Hembery ha concluido que sería más adecuado correr con un ángulo de caída menor que el de 2011.

"Hemos reducido la recomendación del ángulo de caída del neumático delantero a 3,5 grados. El año pasado era de 3,75 grados, por lo que esta temporada es un poco más conservadora", comentó el inglés en declaraciones recogidas por Autosport. "Hemos traído un neumático con una banda de rodadura ligeramente más delgada, con lo cual hay menos material en contacto con la pista y eso detiene el sobrecalentamiento. A menos material, menor es el calentamiento en el neumático".

"Vinimos aquí y lo probamos. Vinimos aquí debido a los problemas del año pasado, para intentar comprender si todo iba bien con la información que teníamos. Con la información y los datos que tenemos, creemos que ahora estamos en una posición mejor", añadió.

Sin embargo, las recomendaciones de Pirelli no serán nada más que eso: recomendaciones. Por consiguiente, la FIA no obligará a los equipos a seguir sus directrices. "No, es la misma situación que el año pasado", dijo al respecto. "Pero podría ser una situación similar y podríamos sugerir a la FIA que sentimos que nuestro consejo no es posible".