El escocés se pasó buena parte del segundo día en el garaje mientras el equipo intentaba lidiar con un problema hidráulico en su monoplaza que obligó finalmente a cambiar el motor completo. Y aunque se esperaba que Nico Hulkenberg completara el resto del día montado en el coche, di Resta retomó el asiento para recuperar el tiempo perdido por la mañana, por lo que el alemán tuvo que cederle su asiento después del almuerzo.

Bob Fernley, subdirector del equipo, confirma los problemas y la decepción de toda la escudería: "Hemos tenido algunos fallos con los datos y necesitábamos hacer algunos cambios en el sistema hidráulico para eliminarlos. Ha sido un día muy duro. Hemos cambiado todo: el motor, el conjunto hidráulico… Lo principal era hacerle sentir a Paul a gusto".

Todo este trabajo extra ha trastocado los planes del equipo, que ha decidido reajustar la agenda para terminar los entrenamientos de la forma más provechosa posible: "Cambiaremos nuestro horario: rodaremos la mitad del jueves con Paul, por la mañana, y con Nico por la tarde, para darles el mismo tiempo con el coche".

Paul di Resta se lamenta de los problemas sufridos, pero considera que el daño causado por estar fuera del monoplaza tanto tiempo tampoco es para tanto, pues asegura que la pista de Mugello no se adapta a la realidad del campeonato.

"No creo que sea una gran preocupación", comenta el escocés. "Estamos bastante limitados en lo que vamos a prender, de todas maneras, según cómo es la pista. No tiene muchas características de los trazados en los que competiremos. Habría estado bien rodar más, pero estas cosas pasan".